Hoy, 31 de diciembre, se cumplen 120 años del fallecimiento de Cándido López, pintor argentino reconocido en el arte nacional por sus cuadros históricos sobre la guerra de la Triple Alianza. Nació en pleno siglo XIX, en 1840, y falleció en 1902. En un nuevo aniversario de su paso a la inmortalidad, recordamos su vida, sus obras y sus logros como artista que lo colocan en el podio del arte argentino.
¿Quién era Cándido López?
Cándido López nació un 29 de agosto de 1840, en Buenos Aires. Desde temprana edad se notaba su pasión por el arte. Entre sus grandes inspiraciones y maestros, se encuentran dos italianos: Baldassare Verazzi e Ignacio Manzoni. Obras poco conocidas de su primer período son un autoretrato y un cuadro llamado “El mendigo”, inspirado en un hombre que paraba en la puerta del asilo que funcionaba en la Recoleta. Esta obra fue pintada a sus jóvenes 18 años. Entre 1859 y 1863, se volvió un artista itinerante y recorrió las pequeñas poblaciones y urbes de la provincia de Buenos Aires y el sur de Santa Fe.
Durante aquellos años, Cándido López se instaló en la ciudad de Mercedes. Allí realizó diversos retratos entre los que se encuentra el óleo pintado al entonces presidente Bartolomé Mitre. También fue en aquella etapa cuando realizó retratos con daguerrotipos. Dicha técnica luego lo influenciaría en toda su carrera como pintor, especialmente a la hora de retratar la guerra.
¿El soldado artista o el artista soldado?
En 1865, Cándido López se mudó a San Nicolás de los Arroyos, luego de que se le negara una beca del gobierno para formarse en Europa. Estaba allí cuando estalló la Guerra del Paraguay y decidió enrolarse en el ejército. Fue conocido como “el manco de Curapaytí”, ya que además de artista, fue soldado. Luchó en muchas de las batallas que luego inmortalizó en sus cuadros.
Participó de la batalla de Yatay, rendición de Uruguayana, acción del Paso de la Patria y toma de las fortificaciones de Itapirú; combate del Estero Bellaco del Sud, batalla de Tuyutí, combates de Yataity-Corá, Boquerón y Sauce. Entre combate y combate, surgieron muchos de sus bocetos y croquis. La gran particularidad de sus pinturas es que, además de retratar la acción en el campo de batalla, sus grandes escenarios son el lado B de la guerra: las marchas del ejército y la vida del campamento. Las bandas de música, el día a día de los soldados y el cielo nebuloso también forman parte del paisaje.
La batalla de Curapaytí: el principio del fin
Hasta ese momento, su mano derecha fue su gran compañera, tanto en la batalla como fuera de ella, retratándola. Pero el 23 de septiembre de 1866 cambiaría el curso de su carrera militar. Cuentan las fuentes históricas que en medio del fuego, un casco de granada le despedazó la muñeca derecha. Herida su mayor fuente de defensa, Cándido tomó el sable con la mano izquierda y continuó enfrentando al enemigo mientras pudo. La pérdida de su brazo derecho lo alejó de las batallas, pero no, de su pasión artística.
Con gran esfuerzo, educó su mano izquierda para proseguir con la vocación que tanto amaba. Gracias a su gran perseverancia, logró pasar al óleo los apuntes y dibujos que había tomado durante sus días en la campaña. La forma elegida fue la apaisada, lo cual le permitió narrar la historia de la batalla y del campamento en toda su extensión. Asimismo, la horizontalidad posibilita al espectador ingresar al cuadro desde cualquier punto de vista y focalizarse en los variados personajes que lo componen. En sus óleos no se cuenta una sola historia. Hay tantos relatos como puntos de vista posibles.
¿Dónde encontramos hoy la obra de Cándido López?
Para conocer la potencia de este artista no basta (ni cerca) conociendo su biografía. Debemos, siempre que tengamos la posibilidad, acercarnos a su obra. Por suerte, no está lejos como podríamos pensar. Esto es posible ya que muchos de sus óleos se localizan, en la actualidad, en el Museo Nacional de Bellas Artes. Sus obras integran la historia gráfica nacional. De este modo, se convierten en una ventana a través de la cual el moderno visitante del siglo XXI es testigo de la cotidianeidad de los campos de batallas y campamentos de la Guerra de la Triple Alianza. Así, el arte se transforma en un acercamiento al pasado argentino y a uno de los mayores retratistas de la cultura bélica nacional.
Autor de la imagen de portada: Agustín Artese Grillo.
Me encanta este artista. Recomiendo la novela gráfica de María Luque sobre Cándido, su vida y obra!