Egidio “Yiyo” Zoppi nació en Piamonte. Y llegó al país el 16 de diciembre de 1913. Era herrero. Y trabajó para la familia Martínez de Hoz. Que no lo trató bien. Por ese motivo comenzó a realizar tareas para un estanciero. Que lo trató mejor. Y le cedió unas tierras a cambio de sus trabajos. Yiyo levantó la casa con sus propias manos. Eso fue en 1918. Todavía está. En Avenida Perón 4402. Esquina Ameghino. A partir de 1921 Yiyo y su mujer Magdalena abrieron un almacén de ramos generales. “La Campana Piamontesa”. Dando de comer y beber a los viajeros que iban a Mataderos y Liniers. Vino patero, platos sencillos. Una esquina emblemática. Que continúa abierta. Y más viva que nunca. Eso es Yiyo El Zeneize.
Yiyo El Zeneize, sitio histórico
Conversamos con Cristian Díaz Gattuso. Socio en el rescate de este lugar único. Que no sólo viene de la gastronomía. Estudió Restauración de Bienes Culturales (UNA). Sus orígenes son asturianos y calabreses. Sus socios son Omar Zoppi, Danilo Wortolec y Maximiliano Luque. Cuenta que lo importante es “respetar el lugar, su historia”, que “no se le da valor a lo antiguo”. Me consta que es super anfitrión. Te recibe en la puerta con un aperitivo. Hace a todos los clientes un minitour por el lugar. En el que conviven frascos con aceitunas schiacciata. Fotos antiguas con parroquianos de la talla de Osvaldo Pugliese, Libertad Lamarque y Mariano Mores. El primer teléfono del barrio (tiene 93 años). En el lugar se especializan en picadas. Tapeo, con las recetas originales. Como el sándwich de Vitel toné. Hecho con bife de chorizo adobado a medio punto. Y pebete de masa madre.
Yiyo la historia
En 1940 “La Campana Piamontesa”. Que debía su nombre a que la Avenida Perón antes de ser Avenida del Trabajo se llamaba Campana. Pasó a convertirse en “Yiyo El Zeneize”. En ese momento el lugar lo manejaban sus hijos, Luis y Batista. El nombre de Zeneize se debe a que Yiyo partió del puerto de Génova. De los 40’s a los 90’s funcionó como fábrica de encurtidos y fraccionadora de vinos. En el salón trasero se observan las piletas, que almacenaban 70.000 litros de vino. Yiyo era pelado y con bigotes manubrio. Por eso el logo diseñado por sus hijos tiene ese dibujo. Murió a sus 84 años en 1966. En 1993, volvió a abrir sus puertas como bar. Sus hijos Luis y Batista murieron con diferencia de meses en junio y agosto de 2020. A sus 91 y 93 años.
Al rescate de un emblema de Parque Avellaneda
Cristian empezó a reconstruir la historia. Juntando documentación y fotos aportadas por vecinos. Rediseñó el lugar. Y rescató las recetas originales que conservaba Omar Zoppi. Como champiñones con canela y clavo de olor. O berenjenas en escabeche y tomates secos con albahaca. Yiyo El Zeneize tiene aires gauchescos. Pero también es una vermutería. En la que se puede apreciar el sabor de un Cinzano con 50 años de añejado. De fondo suena Bajofondo. O “El Último Tango en París”. La música es clave. A la noche se cena a la luz de las velas. Con vinos exclusivos. Y antes de irte te sirven limoncello. En invierno es imperdible la buseca. Trabajan 30 personas en dos turnos. Y tienen 95 cubiertos. Es aconsejable reservar. Y disfrutar de la experiencia. En una atmósfera auténtica. Un lugar único. Con alma. Y mucha historia.
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