Los italianos tienen una obsesión: la comida. Il cibo. Algo que se ve a las claras en el documental E il cibo va. La comida es una cosa seria. Indiscutible. Son/somos fanáticos. Es un hecho. Queremos sentarnos y comer. Que esa comida sea de calidad. Y, si es posible, que nos recuerde a la madre patria. Es un viaje. Que atraviesa tiempos y latitudes. Y en ese viaje hay dos dulces que no necesitan presentación. Cannoli y sfogliatelle. Ya sé lo que me van a decir: “que los únicos verdaderos cannoli son los sicilianos”. Y que se hacen con ricotta de cabra. Y que si la cabra es de tu pueblo mejor. Pero estamos en Argentina. En Buenos Aires. Y te aseguro que si a tu casa llegan unos cannoli crujientes con la ricotta fresca y unas sfogliatelle calientes…¡Vas a ser feliz! Quasi un miracolo!
Un poco de Historia
Cannoli es el plural de cannolo. Son el postre más famoso de la pastelería siciliana. Parece que el origen es árabe. Al igual que otra genialidad, la cassata. La receta original cuenta la leyenda que proviene de un claustro de un convento en Palermo. Eran un regalo habitual para carnaval como símbolo de fertilidad. Se trata de unos tubos de masa frita rellenos de ricotta, fruta confitada y azúcar impalpable. El nombre proviene del arbusto “canna”. Que en la antigüedad se usaba como tubo por el que salía el agua en los bebederos. Cannolo en siciliano significa grifo o canilla. Inmortalizados en series y películas italoamericanas. Son los preferidos de Tony Soprano que los compraba en Caffè Palermo en Little Italy (aunque parece que los de Ferrara están muy bien). Y de Don Altobello (aunque no le cayeron tan bien).
Un emprendimiento familiar
Eric y Mónica Jakubavicius son dos hermanos. Especialistas cada uno en lo suyo. Eric es Licenciado en Administración de Empresas, trabajó 20 años en las principales agencias de publicidad del país. Además, tiene una gran pasión por las motos. Pasión que comparte con un gran amigo en común: Fer Ruiz Díaz.
Mónica es cocinera y pastelera. Trabajó nada más ni nada menos que con Maru Botana y Francis Mallman. Juntos unieron pasiones y conocimiento en este emprendimiento. Son de origen lituano. Pero por parte de madre italianos. El apellido es Caraffini, napolitanos. Capisci?
Han participado en eventos de la colectividad italiana, como el Buenos Aires Celebra Italia. Desde 2017, con su moto Vespa Ape 154. Una obsesión: la terminación del producto, el sabor y la estética. Esto podemos comprobarlo en su Instagram @cafevespress y en todas sus redes.
¿Cómo conseguir los cannoli y sfogliatelle de Vespress?
Simplemente mandando un whatsapp al (+549) 1133586169. Llegarán a tu hogar unas cajas muy mononas. En un compartimento, los tubos de masa frita. En el otro, la manga con la ricotta para que los rellenes. Y además pistacchio, chocolate, naranja caramelizada y azúcar impalpable. ¡Y listo! Si querés, a alguien no le mandes flores en esta primavera. Mandale unas cajas de cannoli o sfogliatelle. ¡Y quedá como un Rey! Si sos goloso: date este gusto. Con el código QR, podrás acceder a una playlist curada por una gran musicalizadora. Ideal para degustar estas delicias. Vespress. Calidad, placer, pasión. Una experiencia de lujo. Acclamato dalla comunitá italiana!
