Savarese es una historieta clásica argentina. Pero con aires italianos y de cine negro americano. Se lo debemos a la genial pluma del paraguayo Robin Wood. Pero sobre todo al artista y dibujante Domingo Mandrafina, que supo capturar en Savarese la atmósfera del cine policial. Sus viñetas (verdaderos storyboards), plasman como nadie las calles de Little Italy. Ese New York plagado de gángsters con ametralladoras Thompson. Que nos remitían a los filmes “Ángeles con caras sucias” (1938), “Caracortada” (1932) o a series como “Los Intocables” (1959).
Savarese, un inolvidable de la revista “D’Artagnan”
Salió por primera vez en 1978 en la revista “D’Artagnan”. Después pasó a otra emblemática: “El Tony”. Junto con Intervalo eran un clásico para disfrutar. Sobre todo en vacaciones. Mi viejo me pasó la pasión por los cómics. Que eran un ritual en nuestras vacaciones en Villa Gesell. Yo me divertía mucho con “Mi novia y yo” (dibujos de Carlos Vogt), “Dago” (con los enormes dibujos de Alberto Salinas) y Savarese, claro. Eran parte de la lectura estival junto a Patoruzú e Isidorito. Y, por supuesto, también la maravilla de Astérix.
Ese Sérpico oscuro
Giovanni Savarese nace en Sicilia a principios de siglo. Es pequeño y enfermizo como el personaje del joven Vito Corleone. Llega también como él escapando de la Mafia. Pero cuando crece pasa a formar filas en la policía. Y más adelante integra el FBI, con especial encono personal hacia al crimen organizado. La galería de malos recuerda a los rostros de Paul Muni, George Raft, James Cagney y Edward G. Robinson. Algunos villanos tienen también rostros regordetes. Rematados con inefables bigotes “anchoíta”.
Savarese & Mandrafina
Domingo Mandrafina no es un improvisado. Nacido el 2 de noviembre de 1945, y discípulo de Alberto Breccia, muy joven empezó a colaborar con publicaciones norteamericanas. Estudió sociología y empezó a trabajar en Patoruzú y la revista Billiken. Su incorporación a la editorial Columba se dio en 1971. Trabajó para Skorpyo. E integró un estudio de dibujantes junto a Macagno, Marchionne, y su maestro Breccia. Junto al genial guionista Carlos Trillo realizó una historia sobre los desaparecidos de la dictadura, llamada Ulises Boedo. Desde mediados de los años 80′, se abrió a un mercado internacional. España, Francia, Alemania, Estados Unidos y, sobre todo, Italia se cuentan entre los receptores de su arte.
Savarese, acaso un film
Spaghetti Bros, Cosecha verde, El Iguana, Dragger son solo algunas de sus innumerables creaciones. 156 fueron los episodios de Savarese publicados por la editorial Columba. Su último episodio fue publicado en julio de 1989. Mandrafina dejó de trabajar, por aquel entonces, para editoriales locales. Yo creo, modestamente, que está entre nuestros próceres del dibujo. Del cómic. Su manejo del color, su contraste, su estilo aparentemente simple. Creo que es uno de los grandes. En el podio con Oesterheld. Dijo de él el escritor Ray Collins: “Savarese está al nivel de las novelas de Mario Puzo. O Leonardo Sciascia. Y de películas como Il giorno della civetta“. Savarese & Mandrafina. Un maridaje acaso indispensable.
