Se acerca una nueva Navidad y aprovechamos para hablar sobre el verdadero significado de los dos símbolos de esta fiesta. Por un lado, tenemos el árbol de Navidad, y por el otro el pesebre. Los dos tienen su historia y su importancia.
El árbol de Navidad que simboliza el amor a Dios
En prácticamente todos los hogares de familias cristianas del mundo, el 8 de diciembre se arma el árbol de Navidad. Incluso en shoppings, plazas y espacios públicos es común ver en estas fechas enormes árboles decorados.
Lo más común es ver a estos árboles cargados de luces, guirnaldas y un sinfín de otros adornos. Sin embargo, no todos saben qué representa cada uno de los símbolos que contiene.
El árbol: lo primero que representa es el árbol del Paraíso (el mismo de donde Adán y Eva comieron la fruta prohibida). Este símbolo nos recuerda que el niño que va a nacer es el Mesías que viene a traernos el don de la reconciliación.
Esferas: antiguamente se usaban manzanas para representar el mencionado árbol del Paraíso. Hoy en día se usan las esferas rojas.
Las luces: Jesús es la luz del mundo y, en este símbolo, evocamos esa luz que ilumina nuestras vidas y nos aleja del pecado.
La estrella: quizás sea el símbolo con mayor significado para el cristianismo. Antiguamente el momento de colocar la estrella en la punta del árbol era una ceremonia donde toda la familia se reunía alrededor para ver al padre colocar este símbolo. La estrella es ni más ni menos que la representación de la estrella de Belén que sirvió de guía a los Reyes Magos.
Los regalos: simbolizan aquellos dones con los que los reyes magos adoraron al Niño Dios
Bendición del árbol de Navidad
Para que el árbol adquiera un verdadero valor, los cristianos lo bendicen una vez que terminan de decorarlo. Tras persignarse, se lee una lectura del Evangelio y, a continuación, se reza la siguiente oración:
“Bendito seas, Señor y Padre nuestro, que nos concedes recordar con fe en estos días de Navidad los misterios del nacimiento del Señor Jesús. Concédenos, a quienes hemos adornado este árbol y lo hemos embellecido con luces con la ilusión de celebrarla Navidad del nuevo milenio, que podamos vivir también a la luz de los ejemplos de la vida plena de tu Hijo y ser enriquecidos con las virtudes que resplandecen en su santa infancia. Gloria a Él por los siglos de los siglos”.
El pesebre que representa el nacimiento de Cristo
Si bien el símbolo mayor de la Navidad suele ser el árbol (ya que lo arman incluso quienes no tienen creencias cristianas), en realidad el más importante es el pesebre. Aunque se haya desdibujado su real significado con el paso de los años, sigue siendo una tradición muy fuerte.
El “belenismo” (tal es el nombre de esta tradición) se cree que comenzó con San Francisco de Asís. El Santo fue el que celebró por primera vez la Navidad en el año 1223. Esa noche se celebró la misa nocturna acompañada de una representación simbólica de la escena del nacimiento, mediante un pesebre (sin niño) con el buey y la mula, basándose en la tradición cristiana y los Evangelios apócrifos, así como en la lectura de Isaías.
¿Qué objetos y figuras se incluyen en el pesebre?
El armado del pesebre varía de familia en familia, de ciudad e incluso de país en país. Pero, hay algunas figuras y objetos que están en todos los pesebres y acá los repasamos.
La Sagrada Familia: pilar fundamental del pesebre, la Virgen María, madre de Jesús, el niño y José representan la unión y el lazo inquebrantable del amor de Dios.
Los animales: generalmente hay una burra y un buey. El Padre Pinto lo explica de esta manera: “El buey, que tira del arado, representa nuestra misión en el mundo y en Cristo, nuestra obra. La burra, animal de carga, representa la carga espiritual y la responsabilidad en la vida, porque ya no llevarás tu carga, sino que voluntariamente llevarás tu cruz”.
Los pastores y las ovejas: son los hermanos que pastorean el rebaño del Señor. Ese rebaño somos todos aquellos que nos reconocemos hijos de Dios.
Los Reyes Magos: simboliza el reconocimiento de los líderes del mundo de que en nosotros hay una sabiduría, un amor, y una mente superior, la cual es de Dios.
