El corazón de Francesco Pescolla siempre estuvo dividido entre Italia y Argentina debido al origen de su familia. Por ser hijo de padre argentino y de madre italiana que vivió casi 18 años en Venezuela, Francesco puede decir que por sus venas corre sangre sudamericano. Nacido en Campobasso, en julio de 1992, se declara apasionado del fútbol, y en particular, un hincha súper fanático de Boca Juniors. Este año pudo viajar junto a su papá para conocer nuestro país por primera vez. “Creo que esperé ese momento por más tiempo del que viví”.
Francesco Pescolla: pasiones que se llevan en la sangre
“Mi papá siempre estuvo muy enamorado de su país, y ese amor nos lo trasmitió a nosotros, sus hijos. Muchas cosas de su tierra las descubrí en este viaje que hicimos juntos”, cuenta el entrevistado. Como buen fanático del fútbol, Francesco confiesa haber estado siempre enamorado de la Selección, de sus jugadores y del país en general. “Siempre me apasionó Argentina. Considerando que es el país de mi papá, siempre lo sentí un poco mi país también. Cuando de chico me preguntaban por quién hinchaba en el Mundial, yo respondía 50 y 50. O sea, si ganaba Argentina o ganaba Italia, estaba contento igual”.
La pasión de Francesco por Boca es casi inexplicable. O quizás, no tanto. “De chico, mi papá (súper fanático del equipo también) siempre me regaló todo de Boca. Aunque seguramente esta pasión nació también por el hecho de que soy un fan de Maradona. Boca es un club que siempre me apasionó, pero puedo asegurar que es un equipo que apasiona toda Italia y todo el mundo”. Por ello, Francesco explica que más allá de la pasión que le transmitió su padre, su amor por el equipo xeneize es algo que también él mismo fue cultivando a lo largo de su joven vida.
Boca, cada vez te quiero más
Si bien Francesco, que actualmente juega en la Chaminade Campobasso, se declara hincha del Inter, confiesa que en realidad se siente más fanático de Boca que de cualquier otro equipo italiano. Quizás, según cuenta, su interés por el equipo argentino se debe a sus orígenes italianos. “Boca es el equipo del pueblo, y considerando que vengo de una familia humilde, seguramente me veo reflejado un poco más en sus colores y en sus principios”. Francesco confiesa que siempre lo fascinó la Bombonera y la pasión de los hinchas. “Es algo visceral, que me corre por las venas, casi inexplicable”.
Francesco Pescolla: de vuelta a las raíces
Durante el verano argentino, Francesco cumplió uno de sus sueños: visitar la tierra de su padre. “Fue una emoción tras otra, porque siempre sentí hablar de este país y de algunos lugares. Poder revivirlos junto a mi papá, hacerme ver dónde vivía de chico, los lugares a los que iba, fue casi como volver 50 años atrás y estar con él cuando era joven”. Después de Buenos Aires, que es la ciudad de donde es oriundo el padre de Francesco, ambos se dirigieron a Mar del Plata y Pinamar. Luego, recorrieron Neuquén, dado que allí vive la tía de Francesco (hermana de su padre) con los hijos. Por último, visitaron también Bariloche: “un lugar encantador, similar a la Suiza italiana y al norte de Italia”, opina el entrevistado.
La gloriosa Bombonera
Visitar la cancha de Boca fue para Francesco uno de los momentos que quizás más había esperado. “Mi sueño hubiera sido ver un partido y cantar con la hinchada”, cuenta. De todas maneras, haber podido entrar al estadio, visitar la cancha de cerca, la tribuna, fue para él una sensación increíble. “Me sentí como un chico”, confiesa. “La pasión y las ganas que te transmiten desde afuera te permiten hacer hasta lo imposible en esa cancha. Y creo que si hubiera tenido la oportunidad de jugar al menos un partido en la Bombonera, con el estadio lleno, habría podido morir tranquilo”.
PhotoCredit imagen de portada: Francesco Pescolla
