El 8 de agosto se conmemora el Día del sacrificio del trabajo de los italianos en el mundo. Dicha efeméride hace alusión a la tragedia ocurrida en la mina de carbón Bois du Cazier de Marcinelle, en Bélgica. Este año se conmemora un nuevo aniversario de este acontecimiento histórico.
En la mina de carbón, trabajaban 262 hombres de 12 nacionalidades diferentes. Más de la mitad de las víctimas fatales eran inmigrantes italianos. En esta nota, les rendimos un humilde homenaje a todos ellos.
8 de agosto: una jornada para conmemorar el sacrificio de los trabajadores italianos
El día de hoy, 8 de agosto de 2020, se conmemora el 64° aniversario de aquel trágico acontecimiento que se llevó la vida de 136 trabajadores italianos en Bélgica. Esta tragedia es considerada como la mayor tragedia industrial en dicho país.
Luego de la Segunda Guerra Mundial, fueron varios los países que comenzaron un proceso de cooperación en Europa. Cuenta la historia que, en el año 1946, Italia firmó un tratado con Bélgica para fomentar el arribo de mano de obra italiana al país. Se buscaba incentivar la llegada de hombres con capacidad de trabajar para que pudieran establecerse en Bélgica y trabajar en la industria minera.
La industria minera, en Bélgica, durante el período de la posguerra, cumplía un rol fundamental para la producción de energía. La producción energética del país era necesaria para abastecer tanto la demanda nacional como la internacional. Sin embargo, en aquel entonces, el gran problema era la falta de mano de obra. El trabajo en las minas de carbón era muy peligroso y la remuneración era muy baja.
Italianos en la industria minera: “i musi neri”
Debido a la falta de mano de obra belga en las minas de carbón, la solución fue recurrir a los trabajadores extranjeros. Fue por ello que muchos italianos que no tenían trabajo en su país de origen emigraron para trabajar en las minas. La mayoría de estos italianos provenían de las regiones económicamente deprimidas de Italia, conocidas como zonas del “Mezzogiorno italiano” (zona sur o meridional de la República).
Los trabajadores de las minas eran conocidos como “i musi neri” por tener sus rostros cubiertos de hollín proveniente de las minas de carbón.
Tratado de 1946 entre Italia y Bélgica
El tratado firmado entre Italia y Bélgica en 1946 que fomentaba la emigración de italianos era considerado como “una solución” desde el punto de vista político y económico. En aquel entonces, se temía que hubiera una resurrección izquierdista y se pretendía reducir las tensiones sociales.
El tratado bilateral contemplaba que Italia enviaría 50.000 trabajadores (dos mil por semana) y, a cambio, Bélgica le vendería carbón a Italia.
Para que los trabajadores italianos pudieran incorporarse al trabajo en las minas, se consideraban diversos factores. Entre ellos, la edad, la aptitud física y los antecedentes penales. Pero también, la inclinación política de los candidatos, un factor muchas veces excluyente a la hora de realizar la selección.
Un antes y un después
La tragedia ocurrida en Marcinelle marcó un antes y un después. El acontecimiento dejó en evidencia las condiciones de trabajo peligrosas a las que estaban expuestos muchos emigrantes en toda Europa. Asimismo, abrió el debate internacional sobre las normas de seguridad en el trabajo en las minas.
Al día de hoy, la tragedia se convirtió en una fecha simbólica para rendirle homenaje al sacrificio de todos los italianos que partieron de Italia para trabajar en otros países. A quienes perdieron la vida en lugares de trabajo lejos de sus hogares. Es un día de reflexión sobre las dificultades que debieron enfrentar nuestros connacionales el siglo pasado durante su búsqueda de trabajo en el extranjero.
La tragedia de Marcinelle representa la inmigración y el sacrificio del trabajo de todos los italianos en el mundo.
PhotoCredit imagen de portada: Muestra fotográfica de la Associazione Bellunesi nel Mondo, llevada a cabo en el Comune di San Gregorio nelle Alpi, bajo el título: “Minatoribellunesi. Tra fatica, paura e silicosi”.