María Florencia Di Vico es argentina, oriunda de Villa Urquiza. Actualmente, vive en Abruzzo, Italia. En esta nota, nos cuenta su historia de emigración. ¡Esperemos que la disfruten!
Florencia, contanos un poco sobre vos. ¿Cómo surgen las ganas de irte a Italia?
“Soy de Villa Urquiza, Buenos Aires. Actualmente trabajo como intermediaria y mediadora para las personas que vienen a realizar su ciudadanía italiana, y brindo este tipo de acompañamiento.
Vine a Italia con la idea de conocer la tierra de mi abuelo, el papá de mi papá (Francesco Di Vico era de Calabria Cosenza, un pueblo chiquito llamado Rossano) y obtener la ciudadanía italiana. No por el simple hecho de tener el pasaporte en la mano, sino que era una forma de poder conectar con mi pasado, con mis raíces. Mi abuelo murió cuando yo estaba aún en la panza de mi mamá, y lo último que le dijo a mi mamá antes de morir fue que me comprara a mi sábanas y toallas por kilo en un local de Villa Urquiza. Eso, en cierta forma, siempre me dejó pensando que él y yo estuvimos conectados aún cuando yo no lo había visto cara a cara“.
“Después, años más tarde, cuando yo tenía 5 años, perdí a mi papá. Entonces, todo eso se mezcló con mis ganas de querer acercarme a lo que fue mi pasado que no llegué a conocer. Además, mi mamá me contaba mucho sobre mi abuelo y sus costumbres, que había escapado de Italia después de la Segunda Guerra Mundial, en un barco con su hermano y sus papás cuando tenía 9 años. Llegó a Villa Urquiza sin nada, solo con la ropa que tenía puesta; eran muy pobres, y trabajó desde muy chiquito para poder sobrevivir“.
¿Cómo fue la experiencia de tramitar la ciudadanía en Italia?
“Lo que todos quieren saber cuando contás que por fin sos ciudadana italiana es saber cuánto tardó. En nuestro caso, vinimos en agosto de 2021 con mi pareja de ese momento y cada uno con su carpeta armada. Nosotros contamos los días y fueron exactamente 104 (3 meses y medio). A las personas les parece poco, pero yo siento que fue eterno. Primero, porque estuvimos un mes y medio en el lugar equivocado en el momento equivocado, donde no nos quisieron hacer el trámite. Además, vivíamos (literal) en una carpa puesta en el living del departamento donde alquilábamos una pieza: esa pieza nunca estuvo disponible y nos ofrecieron el living. Nuestro refugio era esa carpa, donde comíamos, dormíamos, era nuestro lugar”.
“En ese momento, mi cabeza sentía que me explotaba de ideas y planes que nunca sabía si iban a resultar, me sentía sin fuerzas y con ganas de volverme para Argentina. Finalmente, hablando y hablando con varias personas, Dios puso en nuestro camino el plan perfecto para nosotros. Encontramos la comuna que nos hiciera la ciudadanía y un lugar privado para alquilar. Hoy con muchas ilusiones y mucho por recorrer, les quiero decir a todos los que estén armando la carpeta, los que sacaron los pasajes o los que están acá intentando resolver un conflicto es que ante cualquier adversidad nunca hay que perder las esperanzas aunque sientan que el camino es dificil”.
¿Qué es lo que más te llamó la atención de la cultura italiana?
“Lo que más me llama la atención de Italia es la pasión por la cocina y la comida, pero vivir acá y verlo desde cerca es mucho más fuerte. Realmente, los italianos tienen una gran pasión y dedicación por la cocina, ya sea gente joven o gente más grande, al momento de cocinar, piensan en todos los detalles y son de buen comer, piensan siempre en comida, y que sea de calidad. Sobre todo su infinidad de recetas y variedades de platos hechos con pasta, ¡jamás me imaginé que se podía comer pasta de tanta formas!
Flor, ¿extrañás algo de la Argentina?
“De la Argentina extraño todo, y todo el tiempo. Creo que los que nos vamos aprendemos a vivir con eso, hay días que uno está más conectado con el país en el que decidió vivir, se siente parte de la sociedad, está feliz y conforme con estar donde uno está. Otros días, sentimos que no encajamos y no hay nada como vivir en nuestro país. Es aprender a vivir en una montaña rusa de sentimientos, y cambios constantes, en el que uno se va haciendo cada vez más fuerte y resiliente. Uno empieza a sentir que entra en otro nivel de conciencia, y madurez, tiene la capacidad de poder entender la cosas desde otro lado… Tenemos que creer que si fuimos capaces de poder soltar todo lo que nos pertenecía y nos daba en algún punto seguridad, somos capaces de poder afrontar cualquier situación en la vida”.
Florencia ayuda en la búsqueda de actas italianas, les dejamos su cuenta de Instagram por si desean ponerse en contacto con ella: @argentinaenitalia.ok. Agradezco, personalmente a Florencia, quien aceptó amablemente contarme su historia de vida, como muchos otros argentinos. Sueños similares, aventuras y experiencias únicas. ¡Esperemos que hayan disfrutado de la nota!
