Es uno de los principales símbolos e íconos de la Ciudad de Buenos Aires. El Obelisco, tan reconocido y visitado, hoy cumple su 84 aniversario. Fue inaugurado el 23 de mayo de 1936 con motivo de la celebración de los 400 años de Buenos Aires. Está situado en el centro porteño, en el cruce de las avenidas Corrientes y 9 de julio, en la Plaza de la República. Su dirección exacta es Av. Corrientes 1066.
Sin lugar a dudas este monumento histórico es y fue testigo de los principales momentos de la ciudad y del país. Cuando uno transita por el microcentro es imposible no detenerse por un segundo a observarlo. Es uno de los principales atractivos turísticos, fotografiado por miles de personas al día. Frecuentemente es el punto de encuentro de todo tipo de expresiones sociales, recreativas y solidarias. El Obelisco es como el corazón de la Ciudad de Buenos Aires.
Cómo nació el Obelisco
La construcción del Obelisco estuvo a cargo del arquitecto argentino Alberto Prebisch en 1936. Se realizó durante la gestión presidencial del militar e ingeniero Agustín Pedro Justo, quien condujo al país entre 1932 y 1938. En el marco de un plan de modernización de la ciudad, el intendente de ese entonces de Buenos Aires, Mariano de Vedia y Mitre ordenó su construcción. Las obras se iniciaron el 16 de marzo de 1936. Nueve semanas después, el 23 de mayo de 1936, fue oficialmente inaugurado con motivo del cuarto centenario de la llamada “primera fundación de la ciudad”.
El monumento fue construido en el lugar donde estaba instalada la iglesia de San Nicolás de Bari. En su momento, la idea de su construcción fue muy cuestionada por el público y generó un fuerte rechazo. El motivo era porque para su edificación había que demoler la tradicional iglesia de San Nicolás de Bari, el antiguo Luna Park y el Teatro del Pueblo. Sin embargo se superaron todo tipo de críticas, y hasta el día de hoy podemos disfrutar de este gran emblema.
Si uno lo mira detenidamente cada uno de sus lados, se puede observar que tiene grabadas distintas descripciones. Cada una de sus cuatro caras remonta a un hecho histórico diferente y representativo. Una a la primera fundación en 1536. Otra a la segunda y definitiva fundación de 1580. Otro lado a la primera vez que se izó la Bandera Nacional en la Ciudad, en 1812. Y en otro a la constitución de Buenos Aires como capital del país en 1880.
Cómo es por dentro
Al transitar por alrededor de este monumento, varias veces me he preguntado cómo sería la vista de la ciudad desde lo más alto de su punta. Así como también su interior. El Obelisco no está abierto al público. Pero para su cumpleaños 80 el Gobierno porteño, a través de un concurso, le permitió a 80 vecinos por primera vez en la historia poder visitarlo. En el siguiente aniversario ocurrió lo mismo pero con 81 porteños que pudieron subir hasta lo más alto. Y después de tanto éxito con estas iniciativas, se realizaron sorteos mensuales para que más personas vivieran esta experiencia.
En una de esas circunstancias, tuve la posibilidad de poder visitarlo y acceder a su interior. Tal vez al pasar uno no lo nota, pero el Obelisco tiene puerta de ingreso. Es una sola puerta que está ubicada del lado Oeste, mirando hacia la Avenida Corrientes. El monumento es hueco por dentro, tiene 67,5 metros de altura, 49 metros cuadrados de base, y pesa 177 toneladas.
Para acceder hasta su punta hay que hacerlo por una escalera marinera de 206 escalones. Hay 7 descansos cada 8 metros, y uno a 6 metros. El total de la subida demora alrededor de 15 o 20 minutos, dependiendo de cada persona.
Por dentro dispone de iluminación eléctrica, y por su altura está provisto de un pararrayos muy pequeño cuyos cables corren por el interior. En cuanto uno comienza a ascender se puede observar como la escalera marinera va quedando en el centro del monumento. Cada 8 metros, hay una losa con un agujero en el medio que deja un vacío en uno de sus ángulos y por allí pasa la escalera.
Al llegar a lo más alto del Obelisco, uno se encuentra con cuatro ventanas. Cada una de ellas ofrece unas vistas increíbles de la ciudad de Buenos Aires. De un lado se puede observar la Avenida 9 de julio hacia el Norte. De otra ventana las Avenidas Corrientes y Roque Sáenz Peña hacia El Bajo. Por otro lado la Avenida 9 de Julio sentido Sur. Y en otra abertura la Avenida Corrientes y Roque Sáenz Peña hacia el Oeste.
Su punta es roma y mide 40 cm. Y dentro de ella hay empotrada una caja de hierro que al parecer guarda una foto del jefe de máquinas de la construcción. Además, se esconde un documento destinado a quien se anime a demoler el monumento.
Commenti
