Cuando Ariel Svoboda llegó a Italia a sus 18 años para jugar al básquet. No viajó solo, llevó a su compañero: su mate. Hoy 20 años después, asegura que el primer mate que se cebó lo hizo pasar de un niño a un hombre. Apasionado y curioso empezó a coleccionarlos en distintos tamaños, formas y material. Pero no fue suficiente, después decidió crear “Pasame un matecito”, un emprendimiento en donde vende y difunde al mate por toda Italia. En el Día Nacional del Mate, es importante conocer la historia de este argentino y repasar lo que todavía no sabemos de la bebida que nos representa a nivel mundial.
“Es muy lindo traerse un poquito de nuestra tierra para acá. Que se transforme en parte de su cultura es muy bueno. Cuando ves muchos de los chicos que te dicen ‘yo también lo tomo’ es un modo de viajar a Argentina. Es una tradición muy buena y muy linda que nos sirve para comunicar y compartir. Es muy agradable ver cómo las personas lo hacen propio, algunos lo toman todos los días, lo quieren probar con otras yerbas. Una cosa hermosa para conocer gente que quizá no hubieras conocido”, cuenta Ariel mientras se escucha al final del audio como termina un mate.
Cómo surgió “Pasame un matecito”
“Pasame un matecito” no es el trabajo personal de Ariel, más allá de que siempre fue apasionado de la bebida, desde los 15 años como le gusta decir a él. A partir de ahí empezó a comprarlos, tamaños, formas y variedades distintas para coleccionarlos. En la feria de MateAr ,decidió empezar a mostrar el mate, a hacer conocer su pasión. Entonces ahí comenzó con el proyecto, vender algunos mates y quedarse con algunos para él. Hoy trabaja con Costumbres Argentinas y es su único vendedor en Italia. Se encarga de comercializar productos artesanales que no son sencillos de conseguir en Europa y que tienen su distinción.
“El 90% de las ventas son en Italia, el proyecto comenzó con la pandemia del Coronavirus, en febrero de 2020. Francia, Alemania, Malta y España fueron algunos de los países a donde envío mates pero el presupuesto de enviar los productos hizo que su mercado se enfoque directamente en Italia”, cuenta el basquetbolista. “Yo traigo una baja cantidad de productos, agrego a mi colección y para los compradores. Siempre tuve la idea de agregar productos para que pueda servir como negocio. Hoy lo considero más como un hooby. Con los envíos a larga distancia estamos cada vez mejores, pero a veces tenemos problemas con pedidos grandes”, sostiene desde Sicilia.
El mate en Italia
La curiosidad es el factor común siempre cuando se habla del mate. Curiosidad de saber qué es y para qué sirve esta bebida con la que los argentinos hicieron bandera. “Noto que cada vez más los italianos toman mates, los que entran en este mundo no salen más. Los que empiezan a entender la cultura, lo empiezan a preparar bien y se ponen más locos que nosotros. Conozco varios que son materos empedernidos, ahora coleccionan también y lo toman todos los días. Es una pasión que cuando te agarra no te suelta“, confirma Ariel. Sin embargo también cuenta que al llegar a Novara tuvo que soportar miradas con prejuicio de señoras que lo veían andar con su mate. “Nunca me dijeron nada, pero te das cuenta cuando te miran mal y piensan que es droga”, dice con gracia.
Pero lógicamente no es tan sencillo conseguir todos los productos para hacer un buen mate en Italia. El gran problema que confiesan los argentinos en Europa es el de los valores. “Si hacemos una comparación de los precios en Argentina y en Italia la diferencia es mucha. Pero traer productos alimentarios, como lo es la yerba, es muy caro. También revender los productos hace que uno necesite una ganancia y eso encarece el precio. Estaría buenísimo que se pueda producir acá en Italia, saldría mucho más barato y sería una ganancia para todos (risas)”.
Autor de la foto portada: @Pasameunmatecito
