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Entrevistas Italianos en Buenos Aires

Historias de inmigración: Bernardina Vetrisano

Bernardina - Inmigración

En el día de hoy, les contamos la historia de vida de Bernardina Vetrisano. Una de las tantas inmigrantes italianas que han llegado a nuestras tierras. Una inmigrante italiana de origen Calabrés que llegó a la Argentina en el año 1953.
La historia de Bernardina es una historia de inmigración, sacrificio, resiliencia y amor tanto por las raíces italianas como por la Argentina. El país que cobijó a tantos inmigrantes italianos durante el siglo pasado.

De Roccella Ionica a Buenos Aires

Bernardina Vetrisano, o “Dina”, como la llaman sus allegados, nació en Calabria, Italia, en el año 1937. Vivió en su pueblo natal, Roccella Ionica, hasta los quince años, cuando debió viajar a la Argentina junto a su madre y sus cuatro hermanas en busca de una mejor oportunidad de vida.
Aquí ya se encontraba su padre, su hermano y sus dos hermanas mayores, que habían viajado después de la Segunda Guerra Mundial. Todos ellos esperaban el reencuentro familiar.

Bernardina - Inmigración
Bernardina Vetrisano junto a su madre y sus hermanas. PhotoCredit: Amalia Colosimo

La vida de Bernardina en Italia en tiempos de Guerra

Dina vivía junto a su familia en el pueblo de Roccella Ionica. Se dedicaban al cultivo y a la cosecha de trigo, algodón, aceitunas y diversas frutas. “Antes de la guerra vivíamos y trabajamos en el campo… Teníamos una huerta donde se plantaban melones, sandías y algodón“, cuenta Dina. “Teníamos cinco ovejas, dos vacas y un burro”, recuerda al detalle.
En épocas de guerra, la vida se tornaba ardua. “Cuando pasaban los aviones mamá nos decía, tírense al suelo boca abajo y no se muevan”. Junto a su familia, Dina trabajaba todos los días en el campo para así poder pagarse el pasaje a la Argentina en búsqueda de una mejor calidad de vida.

¿Qué recordás de ese viaje en barco que te trajo a Buenos Aires?

“El 22 de enero, salimos de Roccella. Fuimos a Nápoles a pasar revisación médica. Éramos cinco hermanas y mi mamá, pero mi mamá fue precavida: nos llevó al médico antes y nos dio las vacunas. Cuando fuimos a Nápoles, estábamos todas sanas, pero había una paisana que venía con nosotras que se tuvo que quedar atrás por estar enferma”, explica.
Luego de un largo viaje, Dina llegó a la Argentina el 19 de febrero de 1953. “Bajamos del barco a las once de la mañana. Estaba mi papá, mi hermano, mis dos hermanas y el hermano de mi papá. Desde la terraza del barco cuando ví a mi papá, ¡lo que lloré! ¡Fue una gran emoción!”.

Dina y Gino: una historia de amor verdadero

Dina arribó a la Argentina, como la mayoría de los inmigrantes, en busca de una mejor oportunidad de vida. Su primer trabajo en nuestro país fue en un taller metalúrgico. A los dieciocho años, entró a trabajar en una fábrica por dos años y medio. Años más tarde, se dedicó junto a su esposo, Luigino Colosimo, un immigrante italiano proveniente de Conflenti, a trabajar para una sastrería en su domicilio.

Bernardina - Inmigración
Casamiento de Bernardina Vetrisano y Luigino Colosimo. PhotoCredit: Amalia Colosimo.

Dina y Gino se conocieron de casualidad. O, tal vez, fue todo planeado. El hermano de Dina nadaba en la pileta de un club junto a dos amigos. “Mi marido dice que mi hermano le puso la toalla en el bolso de él. Mi hermano dice que mi marido le puso el bolso ahí para ir a la casa a ver a las hermanas… no se sabe en la historia quién fue. Nos conocimos cuando Gino vino a mi casa a buscar la toalla. Ahí me vio y le gusté”, cuenta con una enorme sonrisa.
Lo cierto es que Dina conoció a Gino cuando él fue a su casa en busca de una toalla que “se había olvidado en la mochila su hermano”. Se conocieron y se enamoraron. Se casaron en el año 1958 y viajaron de luna de miel a la provincia de Córdoba. “Nos casamos al año y fuimos felices durante 61 años”, cuenta Dina.

Su vida en Argentina y su conexión con Italia a lo largo de su vida

Juntos, Dina y Gino, formaron su familia y se establecieron en la localidad Lanús. Su hija, Amalia Colosimo, y sus tres nietos, Emiliano, Giuliana y Luciana D’Ambrosio, continúan con su legado y sus raíces italianas.
A pesar de que Dina nunca regresó a Italia luego de su llegada a la Argentina, se mantuvo siempre unida a sus raíces y tradiciones.

Bernardina - Inmigración
Bernardina Vetrisano y Luigino Colosimo junto a su hija, Amalia Colosimo.

En su hogar, conservó el idioma italiano, el cual todavía recuerda y habla a la perfección. Entre sus grandes pasiones, siempre le gustó mucho leer y cocinar.
Durante décadas, acompañó los festejos en honor a la Madonna della Quercia en Buenos Aires, la Virgen patrona del pueblo de su marido, de la cual es fiel devota. En su casa, siempre preparó comidas típicas italianas, de todo tipo y a la perfección. Maestra de muchos, siempre que uno la encuentra, Dina está lista para enseñarte algo nuevo. Una receta, un dicho en italiano, o una canción. Siempre sonriente. Siempre coraggiosa y fuerte. Un ejemplo de vida, de amor por Italia y por Argentina, al país que siempre agradece por haberla recibido.

Bernardina - Grispelle
Grispelle pronte! PhotoCredit: Amira Giudice

PhotoCredit imagen de portada: Amalia Colosimo.

Historias de inmigración: Bernardina Vetrisano ultima modifica: 2020-10-02T08:00:00-03:00 da Katherine Alexandra Giudice

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