En la actualidad, el Obelisco porteño es sinónimo de la Ciudad de Buenos Aires ya que es su símbolo por excelencia. Hoy, 23 de mayo, este emblema de la ciudad cumple 85 años. Por eso, el Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana de la Ciudad realizó, en el último mes, una puesta en valor del Obelisco para celebrar su aniversario a lo grande. En esta nota, les contamos cuáles fueron las renovaciones realizadas y algunas curiosidades de la historia de este gran monumento.
Viajamos en el tiempo hasta 1931
Podemos decir que la geografía de la ciudad es un reflejo de su tiempo cultural, social e histórico y de las necesidades de la época. Muchos de los edificios y monumentos no fueron creados para el lugar que, en la actualidad, ocupan. Ejemplo de ello es el aniversario que hoy nos reúne. Corría el año 1931. Si pudiéramos viajar en el tiempo, veríamos una Buenos Aires en busca de la modernidad. Desde hacía unos cuantos años, se venía planificando la construcción de la Avenida 9 de Julio, la arteria principal de la ciudad. Para ello, se demolió la Iglesia de San Nicolás de Bari. Sitio donde, en 1812, se izó por primera vez la Bandera Nacional. La Iglesia tenía entrada por Carlos Pellegrini y su costado sur daba a la calle Corrientes. Si nuestro GPS no falla, se darán cuenta que allí está situado hoy el Obelisco.
La creación del Obelisco porteño rinde homenaje a la primera fundación
Nuestra ciudad se estaba preparando para el cuarto centenario de la primera fundación de Buenos Aires realizada por don Pedro de Mendoza. De este modo, el 3 de febrero de 1936, el entonces intendente Mariano de Vedia y Mitre firmó un decreto que sería bisagra para la historia de Buenos Aires. El documento rezaba la “ejecución de una obra de carácter extraordinario, que señale al pueblo de la República la verdadera importancia de aquella efeméride. Que no existe en la ciudad ningún monumento que simbolice el homenaje de la Capital de la Nación entera”. ¿Quién fue el encargado de realizar tan importante obra? Fue el arquitecto Alberto Prebisch quien, en tan solo sesenta días, tuvo listo el monumento. De esta forma, el 23 de mayo de 1936 se inauguró el Obelisco.
El Obelisco porteño cumple 85 años: su puesta en valor
Para celebrar un nuevo aniversario de este emblema de la ciudad, el Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana de la Ciudad renovó la fachada del Obelisco. En este contexto, la ministra Clara Muzzio resaltó que “es importante recuperar el esplendor de uno de los grandes símbolos de la Ciudad que cumple 85 años”. De este modo, los trabajos de mantenimiento constaron, principalmente, de la restauración de su fachada y de las rejas de lo rodean. Se utilizaron 310 litros de pintura formada por pintura antigraffiti, pintura con látex acrílico y pintura esmalte (para el escudo). Asimismo, los trabajos incluyeron el lavado de la estructura con hidrolavadora, se retiró la vegetación y el revoque mal adherido y se pintó todo el exterior del Obelisco.
Un fogón en medio de la Ciudad
Más allá de que ordena la circulación de la ciudad, no podemos negar la importancia que tiene el Obelisco porteño para nosotros. El Obelisco es símbolo de unión entre los argentinos. Sea para festejar los goles de la Selección Argentina, para celebrar a un nuevo presidente o también para protestar por algunas medidas nacionales. El Obelisco nos reúne como un gran fogón. En la Plaza de la República, donde está emplazado, convergen las principales avenidas de nuestra ciudad. De este modo, decir que el Obelisco es el corazón de Buenos Aires no es pura metáfora. Es imposible encontrar una imagen más acertada. Su vida late en cada paso de los argentinos. Es fiel reflejo de nuestra historia nacional: del pasado, del presente y del futuro. Aprovechemos estos días para reflexionar sobre los ideales que el Obelisco refleja y de qué modo nos representa frente al mundo.
Autor de la imagen de portada: Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana de la Ciudad.
