En Argentina los politólogos tienen dos fechas para festejar su día. Los graduados en Ciencia Política celebran dos veces, por un lado el 23 de septiembre y por otro lado los 29 de noviembre. La primera fecha es en memoria de Mariano Moreno, considerado como el primer hombre que reflexionó sobre la actividad política en el país. A partir del año 2007, en la República Argentina se celebra el 23 de septiembre el Día del Politólogo. Así lo manifiesta en su texto la Ley 13.470 que instaura dicho día en conmemoración al nacimiento del Dr. Mariano Moreno, en 1778.
Por otra parte, el 29 de noviembre la Sociedad Argentina de Análisis Político (SAAP) conmemora la celebración ese día en honor al fallecimiento del célebre politólogo argentino Guillermo O’Donnell. El científico social realizó contribuciones teóricas de enorme valor en el estudio sobre el Estado, el autoritarismo, la democracia y la institucionalidad en los países de América Latina. Esta fecha fue declarada por el Congreso de la Nación.
Buenos Aires el lugar elegido para ser Politólogo
En los últimos años ha crecido el interés por la Ciencia Política en Argentina y muchos jóvenes eligieron estudiarla. Particularmente las universidades de la Ciudad y la Provincia de Buenos Aires son las elegidas para seguir la carrera. Cientos de jóvenes de distintas partes del país llegan con la ilusión de poder formarse y después contribuir en un país que está marcado por una agenda política permanente. En el día del politólogo le preguntamos a algunos profesionales por qué Buenos Aires y por qué la carrera que eligieron para marcar su vida laboral.
Franco Galeano: una apuesta por lo desconocido
Franco Galeano es Coordinador y analista de datos del Ministerio del Interior, investigador del iLCSS Latin America. Nació hace 25 años en Tartagal, en Salta, y estudió la licenciatura y la maestría en Ciencia Política en la Universidad Torcuato Di Tella. “Voy a decir que fue una apuesta, no conocía gente que haya estudiado la carrera, pero por los programas de estudios y lo que había leído parecía algo divertido y que era acorde a mis gustos”, cuenta. Y asegura: “Casi 8 años después de haber tomado esa decisión, no me arrepiento de absolutamente nada: es mi carrera“.
Para Franco no fue fácil dejar su ciudad. “Lamentablemente no podía continuar mis estudios en mi querido Tartagal, para formarme profesionalmente tenía que irme de casa”, revela. “Para contarte por que lo hice en Buenos Aires voy a repetir una frase que siempre decía mi abuela Esther: ‘Dios está en todos lados, pero atiende en Buenos Aires’“, rememora con humor. Cuenta que su elección fue por la oferta educativa y por la excelencia académica optamos por Buenos Aires.
La Ciencia Política como forma de “abrir la cabeza”
Aldana Giovagnola tiene 26 años y es Licenciada en Ciencia Política de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Actualmente trabaja como Responsable de Desarrollo de Fondos en la Asociación Civil Pata Pila. Su interés por la materia comenzó en el secundario donde le empezaron a interesar las ciencias sociales y la política nacional e internacional, gracias a un profesor de Historia y Educación Cívica, que asegura que les enseñó a pensar. Llegó de casualidad a seguir la carrera: “Al principio decidí estudiar Ciencia Política como alternativa a la carrera que me gustaba, pero que en CABA sólo estaba en universidades privadas: Relaciones Internacionales”, sostiene.
“A mí estudiar Ciencia Política, y además haberlo hecho en una universidad pública como la UBA, me abrió enormemente la cabeza“, dice Aldana. Aunque asegura: “Hace un tiempo decidí no ‘ejercer’ la carrera porque siento que trabajar en política partidaria o ámbitos ‘satélite’“. Aunque confiesa: “La Ciencia Política es una carrera hermosa y la volvería a elegir sin dudas, porque para mí ser politóloga terminó significando más que el simple ejercicio de una profesión, se convirtió en parte fundamental de quién soy como persona y moldeó mi manera de ver el mundo.
Heterogeneidad de herramientas al ser politólogo
Gonzalo Herrera, nacido en Chubut pero criado en Salta, en el estado de Tamaulipas en México y en Quito, Ecuador, estudió Ciencia Política en la Universidad de San Andrés. Eligió la carrera “para entender todo fenómeno político y social desde el método científico. En este sentido, para mí es hoy una ciencia que contempla vasta heterogeneidad de herramientas de investigación, tanto cualitativas como cuantitativas”. Gonzalo encontró en Buenos Aires “una disciplina consolidada académicamente y con el mejor cuerpo de docentes e investigadores de la ciencia”.
“Ser politólogo es poder adaptarme fácilmente”
“Lo que más me gusta de ser politólogo es poder contar con un vasto repertorio de técnicas y métodos de análisis para entender y encuadrar cualquier problema que supone un trasfondo político y/o social”, confiesa. “Lo que me gusta de ser politólogo, en este sentido, es saber rápidamente lo que se necesita para entender y explicar cierto comportamiento”, cuenta quien ahora se desempeña como Data sciense en una empresa internacional. Y termina resumiéndolo: “Ser politólogo es poder adaptarme fácilmente a una causante tanto teórica como metodológicamente”.
Un férreo compromiso con el sistema democrático
Diego Luzzi nació en San Juan pero vive en la Ciudad de Buenos Aires desde el año 2014. Llegó a la capital para estudiar Ciencia Política también en la UBA. Decidió quedarse y seguir sus estudios en la Universidad Torcuato Di Tella donde cursa la Maestría en Estudios Internacionales. Al principio lo motivó un interés intelectual aunque cuenta que “en su extensión, los planes de estudio de Ciencia Política fueron los que más me entusiasmaron”. Su carrera profesional lo llevó a ser analista de comunicación en la Municipalidad de Vicente López. “Lo que más me gusta de nuestra disciplina es su férreo compromiso con el sistema democrático”, comenta.
Sus padres se conocieron y enamoraron en la Universidad de Buenos Aires y fueron ellos los que lo impulsaron a seguir sus estudios allí. ” Supongo que buscaban algo de lo que ellos habían vivido, para que tuviera esas experiencias que te hacen madurar en una ciudad más grande, que ellos conocían bien y donde tenía familia”, relata. Y confiesa que finalmente opté por la UBA y no se arrepiente. “El prestigio y reconocimiento internacional de las universidades que tenemos en nuestro país es algo destacable y debemos aprovecharlo siempre que sea posible”.
Autor de la imagen de portada: Twitter @DiputadosAR.
Feliz día a ellos!!
Tanti auguri!
Complimenti!
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