Los aperitivos son una parte muy importante del esquema gastronómico italiano. Por este motivo, el pasado sábado 6 de octubre, la escuela de idiomas Dante Alighieri de Lomas de Zamora organizó un evento muy interesante, un aperitivo italiano con la presencia de un invitado muy especial: Pietro Sorba.
Durante la charla, Pietro explicó cuáles fueron los orígenes del aperitivo y cómo se difundió en el mundo. “El aperitivo es un punto de fuerza de la industria gastronómica italiana y vine con mucho gusto aquí a la Dante Alighieri para poder hablar de esto”, detalla.
Los orígenes del aperitivo italiano
En Italia, el aperitivo es una costumbre muy arraigada en la vida cotidiana. Se trata de una práctica que se inició hace muchos años atrás y que, hoy en día, para muchos, resulta irremplazable. Durante su charla, Pietro Sorba cuenta que el vermut –que luego llevó al aperitivo– es un derivado del vino. “No es casualidad que en Italia haya tanta cantidad de vinos autóctonos. Allí, se suman todos los años cepas nuevas. En Italia, a lo largo del tiempo, una de las actividades que se desarrolló con más fuerza es la actividad vitivinícola“.
En cuanto a sus orígenes, podemos decir que, en la antigüedad, con los antiguos griegos, se cree que Hipócrates (460 a.C. – 370 a.C.) empezó a recomendar a sus pacientes una mezcla de vino con hierbas –entre las cuales se encontraba el ajenjo– porque entendía que esa mezcla estimulaba el apetito.
Esta idea de combinar el vino con hierbas permaneció en el tiempo y los romanos tomaron esa costumbre y empezaron a utilizarla en su vida diaria, en su forma de alimentarse. Por ello, mezclaban vinos griegos –que eran muy preciados– con miel y semillas de hinojo. Además, los romanos preparaban una bebida a partir de las hojas del mirto con el alcohol, que tenía propiedades digestivas y que, al tener alcohol, también generaba una sensación de euforia.
Con el paso del tiempo, y gracias al intercambio que se produjo entre los pueblos, esta manera de utilizar el vino con especias y hierbas aromáticas comenzó a circular a lo largo de Europa. En Alemania, hacia el siglo XVI, comenzó a hablarse de una bebida denominada ‘wermut’ (ajenjo) en la que se empleaba, precisamente, el ajenjo (ya que la gente creía que tenía propiedades misteriosas).
Esta antigua idea llega luego a la región de Piamonte, una región que posee una riqueza gastronómica inigualable por la producción y el consumo de quesos, carne vacuna (la famosa fassona piamontesa), pastas frescas y, por supuesto, vino. “El vino es otro producto típico que se impulso por diversas razones, políticas y de territorio. Cuando se empezó a pensar en la unificación de Italia, había personas que eran piamonteses; de hecho, Turín fue en algún momento la capital de Italia y no por casualidad. Estos políticos y estos hombres que pensaban en una Italia unida, una Italia próspera, pensaron que esa era una zona donde se podía implementar con eficiencia la industria vitivinícola. Ese es el motivo por el cual esa historia del vermut o del aperitivo tuvo su nacimiento allí”, explica Pietro.
Antonio Benedetto Carpano y los inicios del vermut embotellado
Hacia 1786, Antonio Benedetto Carpano fue quien recogió todo esto y lanzó el primer vermut embotellado. “Había pensado en unir el vino con otros elementos. Anteriormente, se unía el vino con especies aromáticas. Carpano sumó algo más: la maceración. En vez de hacerla directamente con el vino, la hacía primero en el alcohol. O sea, tomaba un alcohol apto para consumo humano y allí colocaba las hierbas y las especias. Allí se hacía la primera maceración. El vino utilizado era un moscato que era un típico del territorio y a esos elementos se les añadía azúcar. Con el procedimiento industrial, como empezaron a pensarlo, nace el vermut. Fue un boom, un éxito total”.
En ese contexto, surgen las famosas marcas de vermut que aún siguen vigentes, como Ramazzotti, Fernet Branca (un vermut de categoría bitter, es decir, amargo), Campari, Cinzano y Martini, entre otras. “Luego, los vermut se empezaron a diferenciar en amargos, dulces, etc. Muchos consideran que cuanto más amargo mejor ya que el sabor amargo estimula mucho más apetito que el sabor dulce”, añade Pietro.
A partir de allí, se desencadenó este fenómeno que se volvió una práctica cotidiana en Italia que antes no existía: se comenzó a tomar el vermut en distintos momentos del día en los que antes no se hacía. En Italia, y luego en los países cercanos, se empezó a utilizar el aperitivo como una costumbre que suele conservarse al mediodía y a la tarde antes de la cena o el almuerzo.
Las palabras de Pietro Sorba
Cuando le preguntamos a Pietro qué significaba para él estar presente en el evento organizado por la Dante, nos respondió: “significa estar en una institución que se dedica a la transmisión de la cultura italiana en el mundo. Una institución que intenta hacerlo de la mejor manera posible y lo hace bien. Para mí, es algo placentero tener la posibilidad de colaborar en estas cosas“, responde.