En 1991 tuve la suerte de que David Di Napoli fuese mi maestro de teatro. Junto a Martín Adjemián en el Taller de Lito Cruz. David es un grande, humilde, enorme mentor y mejor persona. Con una historia personal nada fácil. Pero siempre de excelente humor. Jamás lo vi enojado. La vida me llevó a compartir con él dos trabajos. Una publicidad de Arnet (2013). Inolvidable jornada. Y una película independiente: Expediente Santiso (2015). En la que no compartimos escenas. Pero en la que nos dirige un entrañable amigo y ex compañero: Brian Maya. David tiene más de 50 años de teatro. Trabajó en radio, cine, televisión. Su personaje de escribano en El Secreto de sus Ojos (2009) es clave en la trama del filme. Que ganó el Oscar a Mejor Película Extranjera. Pero hay mucho más.
David Di Napoli, su infancia
David Di Napoli nació de casualidad. Su madre había tenido complicaciones. Y murió cuando él apenas tenía 5 meses. Su padre Vicente era Licenciado en Ciencias Económicas y hablaba 5 idiomas. Formado en Suiza, también había escrito obras de teatro. El abuelo Vincenzo Di Napoli había sido un importante crítico de ópera. David tenía dos hermanos. Cuando era muy chico su padre, los abandonó y se fue a Europa. De modo que dejó a sus hijos a cargo de su hermana Helena. La tía Helena era muy culta y trabajaba como vestuarista del Teatro Colón.
Vivía en una recoleta casa en Callao y Viamonte. Por su hogar desfilaban grandes figuras de la época, como Tito Schipa. Ella lo llevaba al Colón. Recuerda como si fuese hoy la frase de alguien: “¡¿Para que traen chicos al teatro?!“. Tenía un cuarto lleno de tutus. Las bailarinas venían a probárselos a su casa. Y David las espiaba debajo de una cama junto a sus hermanos. Como en una película de Fellini.
David Di Napoli: comienzos
A sus 5 años, la tía Helena muere. Su familia paterna que estaba en una situación acomodada se desentendió. Vino al rescate la tía Elvira (hermana de su madre). Hija de vascos de Bilbao y analfabeta. “Me los llevo yo“, sentenció. Y se llevó a vivir a David y sus hermanos a un pasaje que quedaba entre las calles Libertad y Arroyo. Al lado, vivía el poeta Oliverio Girondo. Casas humildes, bajas, dormían 5 en una pieza. Se la pasaba “todo el día en la calle“. No lo recuerda con carencias sino al contrario: “La guita alcanzaba de sobra. Los útiles te los regalaban. Para viajar en tranvía le pedíamos plata a los policías”.
Sus inicios como actor
Cuenta David: “Mi tía Elvira ponía Radio Porteña a la noche. Escuchábamos a Marrone. Me fascinaba eso“. También iba mucho al cine: “Me rateaba del colegio en 1° Superior“. Se colaba para ver a Errol Flynn. “El cine era todo, mi viejo, todo“, describe. A sus 10 años, empezó a trabajar en una farmacia en la que estuvo hasta los 16. “Era un atorrante, bancaba a mis hermanos“. Una amiga lo llevó a trabajar a un banco, de la Caja de Ahorro Postal que tenía un teatro. “Me picó el bichito“, confiesa. Vio un aviso en una revista y se anotó en unas clases de actuación, de Eleonora Dufe y Willy Carbone. Empezó a trabajar en un radioteatro en Radio Libertad. Y pasó a ser el ídolo del pasaje en el que vivía. “El actor del rrioba” describe. CONTINUARÁ.
Autor de la imagen de portada: Facebook David Di Napoli.