Estoy a favor de intentar conocer a la gente que uno admira. La suerte y mis ganas me hicieron conocer a grandes: Al Pacino, Alberto Sordi, Vittorio Gassman, Giuseppe Tornatore, etc. Sin dudas, en ese podio se encuentra Francis “Ford” Coppola. Fue en abril de 1999. El famoso director y guionista había venido a Buenos Aires para dar una charla en el Teatro Alvear. En el marco del BAFICI (Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente). Yo estudiaba teatro y cine. Pero, por sobre todas las cosas, era fanático de El Padrino. De ninguna manera iba a perderme esa charla.
Coppola en Buenos Aires
Tras una larga cola en la puerta del teatro logre ingresar. Ver a Coppola entrar corriendo enérgicamente al escenario despertó una ovación. El público (casi todos jóvenes) nos pusimos de pie de inmediato. Coppola siempre se interesó en llegar a la juventud. En la Escuela de Cine de San Antonio de Los Baños (Cuba), solía llegar de improviso. Y cocinar para los estudiantes. Él mismo había sido un joven cineasta independiente que, junto con otros inconformistas, decidió abandonar Hollywood. Y formar en San Francisco en 1969 la productora independiente American Zoetrope. Fundada junto a George Lucas con el objetivo de financiar proyectos por fuera del mercado tradicional.
De la charla que brindó recuerdo en especial una recomendación que dio a los cineastas argentinos. Aprender a dirigir actores (que creo que sigue siendo una gran falencia del cine local), como si se tratase de teatro. Y recién cuando estos ya estaban listos, poner la cámara. Empezar a probar planos y encuadres, mucho después de ensayar en profundidad lo actoral. En la salida del Teatro Alvear lo acompañaban Sofía y Roman (sus hijos). Increíble tenerlos al lado. Roman filmaba todo con su camarita.
Francis Ford Coppola y El Padrino
Cuando lo convocaron a dirigir El Padrino, Coppola venía de ganar un Oscar como guionista (Patton, 1970). Y la industria lo veía como a un joven director manipulable. Pero tenía mucho carácter y logró imponer todos sus criterios (que Paramount no quería). Brando y Pacino resistidos: el primero por su fama de bravo y el segundo, por ser un desconocido. Querían que la película estuviese ambientada en la posguerra y no, en la actualidad (como deseaba el estudio para abaratar costos). Que Talia Shire (su hermana) era apta para el rol de Connie y que su padre Carmine pudiese encargarse de la música que suena en vivo. Coppola sentía que estaba traicionando a sus principios de cineasta independiente. Pero tenía problemas financieros. Y junto con Lucas lo vieron como un modo de obtener dinero de Hollywood para financiar sus filmes. Usar dinero del sistema para filmes antisistema.
Coppola en el Hotel Alvear
No contento con haberlo visto en el Teatro Alvear, decidí intentar verlo en el Hotel Alvear, en donde se hospedaba. Esperé un rato y lo vi aparecer en el lobby con su asistente. A la salida logré sacarme una foto (claramente yo estoy más contento que él). Y también su autógrafo, en el libro The Godfather Movies. Francis Ford Coppola nació el 7 de abril de 1939 en Detroit. Acaba de cumplir 84 años. La trilogía de El Padrino es uno de los alegatos más importantes del cine en contra del poder.
