La Congregación de Misioneros de san Carlos Borromeo, más conocida como Congregación de Padres Scalabrinianos, cumplió 133 años de vida. Fundada con el fin de acompañar a los emigrantes italianos, hoy continúan su labor también entre otras colectividades.
Padres Scalabrinianos
La congregación se conoce con este nombre debido a su fundador, el beato Giovanni Battista Scalabrini, nacido en Fino Mornasco en 1839.
Creció en una familia numerosa, y desde niño conoció el triste fenómeno de la emigración, pues casi toda su familia se vio forzada a buscar trabajo en otros países. Algunos, dentro del continente europeo, otros se embarcaron rumbo de Las Américas. De hecho, era pariente de Raúl Scalabrini Ortiz.
Ya en el seminario, se destacó en los estudios, ocupando puestos de vital importancia siendo muy joven. Rector del seminario, párroco y luego obispo de Piacenza, en Emilia Romagna.
Preocupado por sus compatriotas que emigraban en masa, decide fundar una congregación que se dedicase a la cura pastoral de los italianos en el extranjero, incluyendo el auxilio económico de los migrantes.
Nace así la congregación de los Misioneros de san Carlos Borromeo, el 29 de noviembre de 1887, y en 1895 la rama femenina de la congregación.
Rápidamente se difunde su obra, los sacerdotes y seglares se embarcan rumbo a tres destinos clave: Estados Unidos, Brasil y Argentina.
Construyen iglesias, escuelas y en muchos casos fundan periódicos, como el caso de Voce d’Italia en Buenos Aires, aunque con otros nombres en sus inicios. Hoy este diario continúa siendo impreso y distribuido en la colectividad italiana de Argentina bajo la guía del padre Sante Cervellin S.C.
“Todo migrante es mi hermano”
Esta era una de las frases célebres de Mons. Scalabrini. Una frase que expresa la esencia de su obra y la guía de los padres y hermanas de la congragación al día de hoy.
Las necesidades de los migrantes en aquella época eran muchas. En su gran mayoría eran analfabetos, por lo que la comunicación por carta era algo por lo que necesariamente se debía recurrir a un amanuense.
Desde escribir una carta, hasta resolver un litigio jurídico, todo era una necesidad imperante que los Padres Scalabrinianos debían resolver.
Pero había algo mas, algo muy importante: preservar la cultura.
Los misioneros se ocuparon y se ocupan de la preservación del acerbo cultural italiano, especialmente lo referente a las devociones populares y la lengua. Así es que en Argentina fundaron el diario bilingüe, guiaron a las cofradías y comenzaron la peregrinación italiana a Luján.
Padres Scalabrinianos hoy
En la actualidad, los Padres Scalabrinianos se dedican a la atención de todos los migrantes, no limitándose solo a los italianos.
Esto se fue dando naturalmente, ya que el flujo migratorio de italianos se redujo notablemente, siendo hoy otros grupos étnicos los necesitados de auxilio en una tierra extranjera.
La casa de la congregación se encuentra en el barrio de La Boca, antiguo punto de encuentro para los italianos que desembarcaban en el puerto. Sus callejuelas coloridas, los conventillos y los bares y restaurantes donde todavía se puede probar una buena sfogliatella, conservan aún algo de aquella italianidad que se adapta per no desaparece.
Agradecemos a los padres por mantener siempre viva la llama de la fe y la italianidad en Argentina. Tantissimi auguri!
Foto de portada: FACIA Federazione.
