El famoso Pasaje del Correo (también conocido como Pasaje Suizo) fue construido por el inmigrante italiano Felipe Restano, en los años 20. Se encuentra ubicado frente al ex Mercado del Norte, en Recoleta. Al inicio, este lugar estaba compuesto por 21 viviendas unifamiliares. En la actualidad, muchas de esas casas se transformaron. Fue así que, de tener un uso doméstico, pasaron a tener un uso comercial o institucional. El pasaje se convirtió de este modo en un pequeño callejón con propuestas sumamente interesantes. Al traspasar el portón de hierro que demarca su entrada y caminar por su callecita empedrada, el caos porteño parece esfumarse y la tranquilidad y el silencio lo convierten en el ambiente ideal para relajarse al menos por un rato.
PhotoCredit: Sabrina Cabrera
Pasaje del Correo: el porqué de su apodo
En su nombre no se esconde ningún misterio. Se lo apodó “Pasaje del Correo” porque durante varios años allí funcionó una oficina del Correo que, además, daba a la calle. En ese mismo lugar, en la actualidad, se encuentra Squzi, un bar restaurante italiano con una gran variedad de propuestas.
El pasaje está compuesto por un edificio de dos plantas, que posee 21 viviendas unifamiliares con entradas independientes. Quizás lo más atractivo de este lugar radica en que es uno de los pocos rincones de la ciudad que todavía conservan su arquitectura original.
PhotoCredit: Julieta B. Mollo
Locales para todos los gustos
Recorriendo este pasaje sito en la calle Vicente López 1661, podemos encontrarnos con locales de distinta naturaleza, pero todos igual de interesantes y pintorescos. Entre ellos, por ejemplo, un taller de arte, un centro de terapias alternativa llamado “Semiya” y el centro de diplomacia y protocolo de Karina Vilella (conocido como “CDKV”), que es la institución más antigua y prestigiosa en formadores de consultores en protocolo.
PhotoCredit: Sabrina Cabrera
También encontramos una peluquería de alto nivel, el taller de teatro de Julio Chávez y el estudio de danza de Vivian Luz y Ricky Pashkus. Coronando el recorrido del pasaje se encuentra Bis, el restaurante de Gonzalo Aramburu. Este local cuenta con un espacio al exterior cálidamente ambientado. Un lugar para relajarse y disfrutar de un buen plato argento. Ideal para turistas y no solo.
PhotoCredit: Julieta B. Mollo
Pasaje del Correo: historia que se mantiene a lo largo de los años
Lo atractivo de este lugar es que aún hoy conserva muchos detalles de la época en la que fue construido. Ejemplo de esto son las herrerías, las marquesinas, las puertas y los faroles. Cada uno de ellos le da un toque mágico al pasaje y lo hace digno de ser visitado tanto de día como de noche. Por eso, caminar por su calle nos hace de algún modo viajar en el tiempo y por qué no, sentir que, en lugar de estar en Buenos Aires, estamos paseando por alguna ciudad europea. El Pasaje del Correo es, en pocas palabras, un rincón bien porteño pero con orígenes europeos que hoy es un paso obligado para todos los turistas. Especialmente para aquellos que vienen del país natal del hombre que le dio vida.
Commenti
