Cristina Borruto es hija de italianos. Sus padres emigraron a la Argentina con sus respectivas familias luego de la Segunda Guerra Mundial. Partieron en busca de un futuro promisorio, como tantos otros, y dejaron atrás sus historias. Su familia, tanto paterna como materna, partieron de Reggio Calabria.
“Mi relación con Italia está presente desde mi nacimiento. Con ellos aprendí a hablar en italiano, pero también a descubrir la nostalgia que los embargaba”.
El legado de su familia
Cristina Borruto nos cuenta que pudo compartir con sus abuelos todo lo que ellos le transmitían a través de los programas de radio, las canciones, las comidas y esas historias de la tierra lejana.
“Hoy, cierro los ojos y puedo ver la larga mesa de los domingos. La pasta que hacía mi nonna, el sugo [la salsa], y los cannoli: infaltables para el postre. ¡Cómo no recordarlos! Siempre fui tan curiosa que mis abuelas acercaban una silla para que pudiera ver qué había dentro de las ollas. Paso a paso, fueron enseñándome esos secretos para que todo fuera delicioso. Hoy, soy yo quien se los transmito a mis hijos”.
“También festejaban el día del Santo de cada uno. La religión católica se profesaba con infinita devoción. Era un día más importante que el del propio cumpleaños”, recuerda la entrevistada.
Al regresar de un viaje, Cristina no logró desprenderse de todo ese amor por Italia que sentía en su interior y fue entonces cuando consideró la posibilidad de involucrarse en las instituciones italianas. PhotoCredit: Cristina Borruto
De pequeña, Cristina Borruto tuvo la posibilidad de vivir en la región de Lombardía durante seis años. “El día que llegué a la tierra de mis abuelos pude enamorarme de cada calle, de cada plaza, de cada esquina. Durante las mañanas, creía encontrar a mis abuelas haciendo las compras o arreglando las macetas. Tan vivas estaban mis conversaciones con ellas que imaginaba el interior de sus casas. Demás está decir que hablaba perfectamente el idioma”.
Al regresar de Italia, Cristina no logró desprenderse de todo ese amor por Italia que sentía en su interior y fue entonces cuando consideró la posibilidad de involucrarse en las instituciones italianas.
Desde entonces, Cristina Borruto se encuentra sumamente involucrada en la organización o coordinación de manifestaciones que permitan mantener ese legado que le han transmitido desde pequeña. “¡Siento tanta gratitud hacia mi familia!”, destaca.
El amor de Cristina Borruto hacia Italia
Cristina Borruto nos cuenta que el amor a la tierra lejana, inculcado por su familia, le ha permitido vincularse con personas provenientes de todas las regiones de Italia. “En ellos descubro que los sentimientos hacia aquello que dejaron sigue intacto”.
“Cada año, cuando subo al escenario de la Av. de Mayo para conducir el Buenos Aires Celebra Italia, mi vista se nubla…Incluso ahora al imaginar esa avenida colmada de trajes típicos, canciones y aromas”. PhotoCredit: Cristina Borruto
A través de ejercer diversos cargos directivos en instituciones vinculadas con Italia (Fediba, COMITES, Asociación Calabresa, y otros) Cristina Borruto relata que hoy puede decir que se siente muy ligada a todas las tradiciones. “Mi corazón late muy fuerte cuando veo la lucha de estas instituciones por persistir en el tiempo. Porque es allí donde la italianidad está a flor de piel”.
“¿Cómo no disfrutar lo que hago? Después de tantos años, soy un referente dentro de la comunidad. Considero que lo he logrado a través del trabajo comprometido y desinteresado. No puedo disimular mis emociones al compartir un chocolate con un grupo de ancianos o cuando conduzco un evento musical. Mi entrega es total, así me enseñaron”.
Cristina Borruto junto a Vicente D’Urso en el Segundo Concierto de Navidad de la colectividad italiana. PhotoCredit: Amira Giudice
Cristina nos explica que cada actividad en la que participa despierta en ella una gran emoción que no puede dejar de transmitir. “Deseo que todos, sobre todo las nuevas generaciones, sientan a flor de piel esa nostalgia de nuestros padres y abuelos por esa tierra. No necesito un contrato para trabajar, solo que me permitan poner a la luz mis sentimientos”.
“Cada año, cuando subo al escenario de la Av. de Mayo para conducir el Buenos Aires Celebra Italia, mi vista se nubla…Incluso ahora al imaginar esa avenida colmada de trajes típicos, canciones y aromas”.
Cristina explica que viajar a Italia para ella significa volver a sus raíces. Descubrir nuevos lugares, conversar con la gente, sobre todo con los mayores. Esos que todavía mantienen la costumbre de sentarse en la vereda mientras aguardan que su ropa se seque al sol, en esos hilos que cruzan las calles, vistiéndolas de mil colores. “Significa entrar a un pequeño bar para degustar alguna pasta o la pesca del día. Cada región tiene su encanto y no puedo dejar de enamorarme más y más de ellas. Regreso a la Argentina planificando un nuevo viaje, pensando en aquello que aún no pude ver”.
¿Cuál es tu deseo para los italianos en el mundo?
“Mi deseo para los italianos es que cada uno, desde sus casas o desde las instituciones, pueda transmitir sus costumbres, su idioma. En pocas palabras: nuestra cultura. Los tiempos corren muy deprisa. Por eso, quienes tenemos la posibilidad de participar somos responsables de generar espacios de encuentro y unidad.
Mi deseo hoy, desde la Argentina, es que la paz y la unión sea duradera. Que el diálogo no se pierda y que la mesa larga de los domingos siga despertando ese sentimiento de reencuentro y de alegría. La pasta, el vino, las canciones y los valores son y serán nuestro legado a las futuras generaciones”.
