Ernesto Murri: mi viejo - itBuenosAires

itBuenosAires

BUENOS AIRES EFEMERIDES

Ernesto Murri: mi viejo

Screenshot 20230618 122734 212

Mi papá me enseñó muchas cosas. No pedir explicaciones, ni darlas. Y luchar por lo que se quiere. Ernesto Alessio Murri nació en la maternidad Sardá en Parque Patricios el 7 de marzo de 1937. Hijo de Clara Soto (de familia vasco francesa) y de Ernesto Murri, hijo de Alessio, nacido en Cupra Marittima (Le Marche). Porteñísimo, hincha de Huracán y peronista (de Perón). Trabajó desde muy chico, a sus once años ya manejaba y trabajaba en un garage. Se ganaba las propinas llevando los autos a la casa de sus dueños. Y hasta le ponían una gorra de vigilante para manejar un patrullero, con el que iban a buscar medialunas a la panadería. Mi viejo era mi ídolo. Y yo era su hijo favorito. Lo decía a todo el mundo. Los dos piscianos, chocábamos mucho por ser muy parecidos. Pero nos amábamos y cuidábamos mucho. Fuimos muy cómplices.

Mis padres en Piriápolis
Mis padres en Piriápolis.

Ernesto Murri, Ernestito

Al llevar el nombre de su papá en la familia era Ernestito. Todos pensaban que Alessio era otro apellido, pero ya vimos que era el nombre de su abuelo. Se crió en Mataderos, vendía terrenos, hizo la colimba en la policía (fue coreano) un año. Por lo que le pagaban el sueldo de un efectivo de aquella época. Era técnico electromecánico y trabajaba en un taller. No le gustaba ensuciarse las manos y usaba siempre guantes. Le ganaba a puestas a sus compañeros levantando roscas de media pulgada del suelo. Iba todas las noches a bailar tango: Sans Souci, Desireé, Editorial Láinez. Seguía a la orquesta de Pugliese porque su cantor Alberto Morán “llevaba a las pibas más lindas“. Paraba en el Linding Bar de Avenida del Trabajo y Larrazábal. Una noche no se sentía bien y eso cambió su vida para siempre.

Mi papá en México con sus compañeros de Sheeffer
Mi papá en México con sus compañeros de Sheaffer.

Ernesto Murri y Blanquita

Mi viejo pidió una Coca Cola en la barra y se tomó una aspirina. Un muchacho que no era del grupo de amigos le sugirió que fueran a un club italiano. A mi papá le parecía un ambiente demasiado familiar. Justo a él que era un milonguero. Pero accedió, por que “iban lindas chicas“. Era el Club Friulano en el año 1957. Allí cabeceó a mi mamá y juntos bailaron el tango “Barro” de Pugliese. En 1959 se casaron, papá trabajaba en SIAM vendiendo heladeras. Antes había tenido un paso breve por el teatro vocacional.

Mis padres y yo en mi fiesta de bautismo
Mis padres y yo en mi fiesta de bautismo.

Había actuado en “La Casa de Los Batallán” y “Los Tres Berretines”. Y sin dudas era vendedor y actor. También fue fotógrafo social. Más tarde pasó a ser vendedor en Sheaffer. En donde trabajó más de 25 años. Y vendía la línea fina. Por lo que vivía de saco y corbata “mi mameluco” y trajes hechos a medida. Trataba con gerentes, presidentes de compañías, etc. Y siempre me decía: “Los que están al mando son unos inútiles. Están puestos por otros. No saben ni atarse los cordones”. Pasó de una Siambretta a tener un Fiat 600. Un Citroën 2 CV, un Peugeot 404 celeste. Y un Falcon verde metalizado 79′.

Mi Viejo

Alcanzando los estimados en venta logró conocer: Las Vegas, Los Ángeles, México, Perú, Río de Janeiro. Muy familiero y amigo de sus amigos siempre estaba atento a los demás. Siempre había una excusa para visitar o recibir visitas. Todos los sábados íbamos a una quinta en Parque Leloir. Con otras 4 o 5 familias amigas. Cada semana pagaba el asado una familia distinta. Por lo que se obligaban a ir. Duró más de 30 años aquello. Jamás una pelea, todo era risas. Otro mundo. Mi viejo llegaba, hacía el fuego. Después jugaba al tennis, preparaba el asado y se daba una zambullida en la pileta olímpica. La siesta era obligatoria en una hamaca paraguaya. Jamás fumó porque vio morir a su padre a los 59 años por culpa del cigarrillo.

Viajes

Mi viejo amaba manejar. Veraneábamos en San Luis, le gustaba viajar de noche para ir tranquilo. Con sus guantes de conducir. También veraneamos muchos años en Villa Gesell. Le gustaba comer y beber bien. Sobre todo mariscos y ostras. Le gustaba jugar al golf, nadar, cabalgar. Amaba la vida y la vivió a pleno. Gran bailarín de rock y jazz hasta cantó en un coro gallego. Hizo un curso de sommelier en la bodega Navarro Correa.

Mis padres bailando
Mis viejos bailando en la eternidad.

Le gustaba ir a comer al Sheraton y al restaurante “La Raya”. Coqueto, se afeitaba dos veces al día y siempre se peinaba mirando el espejito antes de bajar del auto. Su peluquero era Angelo Milano. Y disfrutaba ir al sauna “Colmegna”. Le gustaba reírse: La revista Humor, Mafalda, Intervalo, Olmedo, Les Luthiers, Hiperhumor. Con mi mamá estaban tan conectados que murieron el mismo día. Un 20 de noviembre, con tres años de diferencia. A mi viejo lo amo. Vive en mí y en mi hijo.

Ernesto Murri: mi viejo ultima modifica: 2023-06-18T12:22:30-03:00 da Tano Murri

Commenti

Subscribe
Notify of
0 Commenti
Inline Feedbacks
View all comments
Promuovi la tua azienda in Italia e nel Mondo
To Top
0
Would love your thoughts, please comment.x
()
x