Maria Rocco: una emocionante búsqueda familiar

Maria Anna Rocco nació hace casi 60 años en un pequeño pueblito de la provincia de Potenza. “La Basilicata de los años ‘60 era más o menos aquella del famoso libro Cristo si è fermato a Eboli”, señala. Desde 1980, vive y trabaja en Nápoles. Cuenta que se mudó por la universidad y que, luego, decidió quedarse. Actualmente, trabaja para una empresa de telecomunicaciones. Está casada y tiene dos hijos.

La historia que decidió compartir con nosotros y con nuestros lectores emociona desde el inicio. Porque se trata de una búsqueda, ligada a sus propias raíces, que lleva ya mucho tiempo. Pero ella no pierde las esperanzas. Maria intenta descubrir qué fue de la vida de su abuelo. Y, por ende, encontrar una supuesta parte de su familia que cree puede llegar a estar en nuestro país (y puntualmente en Buenos Aires). Quizás, a través de esta nota, logre hacerlo. Ese es nuestro mayor deseo. Los invitamos a conocer su historia y a brindarle su ayuda, en el caso de poder hacerlo.

Maria Rocco: una vida en busca de su abuelo

La mamá de Maria, antes de que ella naciera, decidió realizar el camino contrario al que, muchos años después, su hija haría. “Ella, napoletana, se mudó a Basilicata para enseñar, inmediatamente después de la guerra. Allí conoció a mi padre, formaron una familia y pasó toda su vida en Lucania”. Con Maria y su familia, vivía también su nonna. Y desde chica, nuestra entrevistada sintió hablar de este nonno que un día había partido de casa, había llegado a nuestro país y había prácticamente desaparecido.

A la espera de un milagro

De a poco, nuestra entrevistada empezó a hacer cada vez más preguntas. “Quería saber sobre él, quería conocerlo”. Sentía que a su familia le faltaba algo, “como una mesa con tres patas”. Infinitas eran las dudas que le planteaba a su nonna. “Quería imaginarlo y me preguntaba seguido si también él, de algún modo, sentía el mismo vínculo; si pensaba alguna vez en el hijo que había abandonado y en todo aquello que había dejado. Tenía la impresión que entre la Argentina y yo existía una relación, un hilo de pensamientos y de nostalgia, de deseo y de melancolía que me conectaba con esa tierra desconocida”.

Maria Rocco: historias de familia

La abuela de Maria era costurera. Su abuelo, barbero. Él se llamaba Giuseppe Rocco, y había nacido en Grumento Nova (provincia de Potenza), el 19 de noviembre de 1899. Ambos se casaron muy jóvenes, en 1920. Un año después, nació el padre de Maria. “Mi nonna era una gran trabajadora”. Sin dudas lo era. Porque, tal como cuenta nuestra entrevistada, hasta los años ‘90, tenía todavía clientas que le pedían a ella que realizara sus vestidos. Cuando conoció a quien luego se convirtió en su marido, la abuela de Maria sintió amor a primera vista. “Él era de un pueblo vecino. A los pocos meses, se casaron. Pero mientras mi nonna trabajaba desde la mañana hasta la noche, a él no le gustaba tanto su oficio de barbero y empezaron a discutir”.

Una despedida que fue eterna

Un día, en 1922, el abuelo de Maria decidió emigrar para buscar suerte en otro lado. Llegó a Buenos Aires el 16 de agosto del mismo año en la nave Sofia, que había partido de Nápoles. La idea era que, una vez que hubiera encontrado casa y trabajo, también la abuela de Maria habría partido con su pequeño hijo a su encuentro. Por un tiempo, Giuseppe envió cartas y fotos. “Pero un día, una carta enviada por mi nonna volvió a sus manos con el sello “Destinatario desconocido”. Mi nonna volvió a escribir. Pero, desde ese momento, todas las cartas volvieron con el mismo mensaje”.

Una ilusión que no pudo concretarse

“No fue nada fácil, ni para mi nonna ni para la familia de mi nonno. Todos sufrieron esta pérdida. Mi bisnonna, Maddalena Pricolo, murió con casi cien años pero muy lúcida. Y hasta el final, lloró por su hijo perdido”. Giuseppe tenía dos hermanas llamadas Maria y Giovanna. El papá de nuestra entrevistada creció sin un papá. Sin embargo, nunca experimentó rencor u odio en su corazón. “Tenía solamente muchas ganas de conocerlo y de conocer a sus eventuales hermanos argentinos”.

Cuando Maria tenía diez años, un señor que volvió a Italia desde Buenos Aires le comentó a su familia que su abuelo estaba vivo; y que, a lo largo de los años, lo había encontrado algunas veces. “Le dijo a mi padre que le escribiera a un señor italiano que tenía una carnicería en Buenos Aires y que lo conocía bien. Mi padre lo hizo, pero lamentablemente este señor murió (creo durante un robo) y así se quebró el único vínculo para la búsqueda”.

La otra cara de la moneda

Gracias a la llegada de internet, Maria empezó a comunicarse con el Consulado Italiano, con la Embajada y con algunas asociaciones de inmigrantes. “Incluso le escribí cartas a varios Rocco de Buenos Aires. Todas estas búsquedas, lamentablemente, no han tenido éxito. Pero, a cambio, conocí tantas personas que desde Argentina buscaban sus propias raíces en Italia y así nacieron lindas amistades”. Maria llegó, en algunos casos, a ayudar a algunos de ellos y eso, claramente, la hizo muy feliz.

Maria Rocco: cuando la literatura refleja la realidad

Desde pequeña, nuestra entrevistada tuvo la pasión por la lectura y por la escritura. En el 2011, escribió un libro ambientado en Basilicata: Il nipote di Monsignore, en el que cuenta, entre otras, la historia de su abuelo. Cinco años después, participó en un concurso con otra novela ambientada esta vez en Apulia: E poi venne il perdono. “En este caso, me inspiré en la historia de la familia de mi marido, distinta de la mía pero muy particular, también”. Ganó el primer premio. “La historia de mis abuelos y de mi familia no tiene nada que ver acá. Pero, en esta historia, aparece una foto de un joven que (a propósito) describí como aquella de mi nonno, justamente para poder usarla en la tapa del libro”.

“Me gustaba muchísimo la idea. Imaginé a aquel muchacho joven y asustado, que partía en un barco hacia otro mundo. Me pregunté qué habría pensado si hubiera podido imaginar que un día, una nieta jamás conocida pero que lo habría amado tanto, lo había puesto en la tapa de un libro. Creo que lo habría hecho feliz”. Maria, por su parte, sentiría mucha alegría si pudiera saber qué fue de la vida de su abuelo y si, efectivamente como ella piensa, formó otra familia y tuvo otros hijos. Quien tenga o crea tener información al respecto, puede comunicarse con la redacción a través de nuestras redes sociales. Tenemos la esperanza de que, algún día no muy lejano, Maria logre encontrar esa parte de su historia familiar que tanto anhela conocer.

Autora imagen de portada: Maria Rocco