El chef Mauro Crivellin volvió al país. Es una alegría reencontrarlo. Por que es todo un personaje. Su ristorantino en el Bajo de Belgrano es el elegido por los famosos. Luquitas Rodríguez y nada más y nada menos que el flamante Campeón del mundo Julián Álvarez. Quien fue a comer con su familia antes de viajar a Qatar. Mauro había viajado a Novara (el lugar en el que nació). Y allí le tocó pasar la pandemia. Y realizar lo imposible. Manejar desde Italia su restaurante. Con la ayuda de amigos, logró reabrirlo a la distancia. Y no solamente eso. Mantener la vigencia y el respeto por el sabor.
Mauro Crivellin, odisea desde Italia
Al principio, tuvo que cerrar. Después, con la colaboración de amigos que estaban en Buenos Aires, logró reacondicionarlo. Y volver a abrir. Pero previamente se encargó de una titánica tarea. Entrenar a su nuevo personal (en especial al cocinero) para que todo marchase como de costumbre. Para ello contaba con una herramienta propia de los obsesivos. De los control freaks. Un sistema de cámaras que registra absolutamente todos los movimientos del lugar. Así logró mediante fotos y videos ver que sus creaciones estaban como él quería. “Salvo la sal. Podía controlarlo todo con solo mirarlo”, se ufana.
Mauro Crivellin y el “italian dream”
Otro de los temas que tocamos durante nuestra charla es la de los jóvenes italoargentinos que emigran. Advierte duramente sobre este fenómeno. Cuenta que a su propio hijo -que es italiano- no le fue sencilla la adaptación. Que incluso con trabajo y una propiedad no es fácil. Quedó fascinado con Barcelona. Mauro le preguntó cuanto gastó en un fin de semana: “600 euros”. Le respondió el hijo. “Gastando ese dinero, la pasas bien en cualquier lado a donde vayas”. “Pero otra cosa es ir a buscar trabajo y pagar un alquiler”, advierte.
Un restaurante, un sketch
Debido a su excéntrica personalidad, el sitio es frecuentado por personalidades del espectáculo y el deporte. Mauro baja de su camioneta, entra con su camisa hawaiana y hace su show. Saluda a los comensales. Reta al cocinero si hay alguna cosa fuera de lugar y sonríe cómplice. Doy fe que sus platos gozan de buena salud. Sus Paccheri Pesto & Gorgonzola, La lasagna. Y de postre tiramisú. Regado con algún rico vino de su cava. Café y Vecchio Amaro del Capo. Y a vivir. Las sobremesas siempre son divertidas y diferentes. Mauro tiene mucho para contar. Y también es un gran oyente.
Sobremesa
Me tocó compartir una sobremesa en la que también estaba Alfredo Casero. La charla fue abundante y variopinta. Desde los componentes del lubricante W40 a Máxima Zorreguieta. La idiosincracia de los mallorquines y cómo financiar un aéreo llevando al exterior alfajores, dulce de leche y otras delicias. Mauro llegó, con su sonrisa franca y su espíritu cascarrabias intacto. Es, sin dudas, el más colorido y personal de los integrantes de BACI (Buenos Aires Cuochi Italiani). ¿Te lo vas a perder?