En los primeros días que se anunció la cuarentena obligatoria, en la Ciudad de Buenos Aires se realizaron mediciones ambientales. La Agencia de Protección Ambiental (APRA) hizo relevamientos de los parámetros de la contaminación atmosférica y sonora. Los resultados arrojaron que la calidad de aire mejoró un 50%, y los niveles de ruido también se redujeron al haber menos tráfico vehicular.
Tal como ocurrió en varios países del mundo, en el comienzo del aislamiento para prevenir el avance del COVID-19, el aire de Buenos Aires también fue más puro. La gente dejó de circular por completo, las calles se vieron vacías y la Ciudad tuvo un respiro. El ruido constante al que uno está acostumbrado quedó a un lado. Las personas tuvieron que frenar y a raíz de eso, quedó demostrado que es posible mejorar nuestro entorno.
Buenos Aires mejoró la calidad de aire
Las mediciones realizadas por la Secretaría de Ambiente de la Ciudad se dieron durante los días 20 y 25 de marzo. Esto fue cuando comenzó la cuarentena obligatoria. El foco se puso en las sustancias que están directamente relacionadas con las emisiones de gases contaminantes. Y además se sumó el valor del Dióxido de Nitrógeno que apunta a medir el impacto en la salud.
El informe reveló que los valores de Monóxido de Carbono (CO), Óxido de Nitrógeno (NOx), Dióxido de Nitrógeno (NO2) y Material Particulado 10 disminuyeron un 50% en relación al mismo período de 2019. El estudio se hizo en las estaciones de control atmosférico ubicadas en La Boca, Rodríguez Peña y Avenida Córdoba, y Parque Centenario.
Eduardo Macchiavelli, Secretario de Ambiente de la Ciudad se manifestó al respecto. “Más allá de la situación atípica por la que estamos pasando a nivel global, es importante destacar que disminuir el uso de medios de transporte que emiten gases contaminante es la salida para mejorar la calidad de aire de las grandes ciudades. El reemplazo de este tipo de transporte deberá ser una de las grandes acciones que habrá que mantener una vez que hayamos podido superar la pandemia”.
Cabe aclarar que la Ciudad de Buenos Aires, en marzo del 2019, contaba con los valores de calidad de aire aconsejados por la OMS. Los mismos se dieron y se supieron mantener gracias a la construcción de áreas ambientales. También dado al programa EcoBici que funciona en la Ciudad, las redes de Metrobús y el Paseo del Bajo.
Menos contaminación sonora
Otras de las consecuencias positivas que se dieron al recudir la circulación de vehículos fue la mejora en los niveles del ruido. Los datos también fueron proporcionados por la Secretaría de Ambiente, a través de APRA. Las mediciones se hicieron los días 25, 26, 27 de marzo, y del 6 al 10 de abril. Y los resultados indicaron que los niveles sonoros diurnos bajaron entre un 16% y un 36%, comparado con los valores de los días previos al inicio del aislamiento.
El estudio se realizó en seis puntos estratégicos considerados por ser lugares en donde la incidencia del ruido es alta. La recolección de datos se llevó a cabo con sonómetros de mano. Las mediciones se hicieron en Carlos Calvo 1600, Adolfo Alsina 1100, Avenida del Libertador 6800, Bonifacio 3000, Quito 4200 y Billinghurst 200. Los lugares donde se pudo detectar una mayor disminución de la contaminación sonora fueron en Almagro. Esto se dio específicamente sobre las calles Quito y Billinghurst donde la reducción fue del 36% y el 32%.
Más especies en la Reserva Ecológica Costanera Sur
También es importante mencionar que debido a que las personas se guardaron, le dieron respiro a la naturaleza. Esto se pudo ver reflejado en la Reserva Ecológica Costanera Sur donde se observaron en sólo una semana 73 especies. Es decir, esto equivale a 15 especies más que el mínimo anotado en el 2019 a la misma altura del año. En todo el mes de abril de 2019 se habían registrado 142 especies.
Entre las 15 especies registradas se encontraron el boyero negro, gorrión, pato cutiri, carau, burrito común, gallineta común, jilguero dorado, cardenal, naranjero, celestino común. También estrilda común, tacuarita azul, calandria grande, calandria real, tordo músico, tordo renegrido, arañero cara negra, entre otros.
Otro dato que vale la pena mencionar fue que la misma mejora en la calidad de aire permitió ver desde la Reserva la costa de Quilmes. La vista hacia el partido de la Provincia de Buenos Aires era con mayor nitidez que en otros momentos.
Todos estos resultados y beneficios en el ambiente se dieron directamente cuando la Ciudad se pausó por completo. Y demuestran que nosotros tenemos la posibilidad de mejorar el espacio en el que vivimos. Que aunque no se pueda poner un freno por completo nuevamente, se puede hacer el aporte cambiando hábitos y con pequeñas acciones que a la larga van a ser significativas.
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