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Pablo Saraví: un enamorado de la música y de Italia

Pablo Saraví - Pablo Portada

Pablo Saraví nació en Paraná hace 59 años. Pero, tal como nos cuenta, se crió y estudió en Mendoza. “Mi padre fue, en esa ciudad, profesor universitario de Historia y mi madre, profesora de Francés”. Pablo se mudó a Buenos Aires en marzo de 1982. ¿El objetivo? Continuar sus estudios de violín, que había comenzado cuando tenía 8 años, con un conocido violinista y pedagogo, el M° Szymsia Bajour. “El violín es el instrumento que elegí y con el que inicié mi vida como músico profesional en 1976”. En la siguiente entrevista, Pablo nos habla de los inicios y del desarrollo de su vida musical y, también, de su estrecha relación con Italia.

Pablo Saraví: “La música jamás me abandonó ni yo a ella”

Cuando llegó a Buenos Aires, Pablo fue contratado como violinista en la Filarmónica del Teatro Colón a través de una audición. “Al año siguiente, accedí a un cargo de solista en la misma agrupación. Y en 1987, gané el puesto de Concertino, el más alto en cualquier orquesta. Estos dos últimos cargos fueron mediante rigurosos concursos internacionales, con jurados muy prestigiosos como los Solistas de la Orquesta del Teatro Alla Scala de Milán”. Desde entonces, nuestro entrevistado ha conservado dicho puesto. 

Pablo Saraví - Teatro

Tras algunos años en Europa, Pablo volvió a la Argentina para continuar con su puesto en la Filarmónica de Buenos Aires. “Fui, durante dos décadas, el Concertino adjunto y Director asistente de la Camerata Bariloche, agrupación a la que estuve vinculado unos 26 años (aunque no continuos). También, fui elegido Concertino de la Academia Bach de Buenos Aires. A finales de 2009, formé el Cuarteto Petrus, grupo con el que sigo dando conciertos”.

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“Desde 1995, he formado parte de la ya legendaria World Orchestra for Peace. Actualmente, mi tiempo se divide entre la Filarmónica y la Academia Bach de Bs.As., el Cuarteto Petrus, y también algunos conciertos como solista o recitales de cámara con músicos amigos”. Por otra parte, Pablo investiga y escribe sobre la historia de los instrumentos de cuerdas frotadas. Además, da charlas y conferencias sobre temas de luthería. Todo esto sin descuidar, por supuesto, a sus seres más queridos. “Dedico todo el tiempo posible a mi familia, compuesta por mi esposa Patricia (ex bailarina del Teatro Colón) y mis hijas Mariana (violinista) y Alina (terminando este año su Licenciatura en Relaciones Internacionales)”.

El origen de una pasión personal

Pablo Saraví relata que su interés en los instrumentos nació antes de aprender a tocar el violín. “En realidad, lo que más me llamó la atención – cuando escuché un violín por primera vez – fue la forma y estética de los violines e instrumentos de su familia. Yo tenía 8 años y mi padre me aconsejó, ya que me gustaban los violines, que estudiara ese instrumento. Así comenzó mi vida musical. Y si bien me dediqué con gran esmero al estudio del instrumento, siempre fui muy curioso acerca de su estructura, acústica y su construcción”.

Pablo Saraví - Cuarteto Petrus
Foto del Cuarteto Petrus en las escalinatas del foyer del Teatro Colón (diciembre 2021). Autor: Pablo Alejandro Saraví 

Cuando tenía alrededor de 10 años, Pablo ya leía artículos y enciclopedias sobre instrumentos. “Luego, cuando entré como músico en la Sinfónica de Mendoza (a los 14 años), en poco tiempo conocí cada instrumento en manos de los músicos de allí y los podía reconocer fácilmente y desde cierta distancia. Era como un juego, pero obviamente era una pasión personal”.

“Un antiguo y noble oficio que puede llegar a ser un verdadero arte”

La luthería (en italiano liuteria) es, tal como explica nuestro entrevistado, “el oficio de la construcción de instrumentos musicales. La palabra luthier, proviene de luth, que significa laúd en francés. En italiano, el término es liutaio, y viene de liuto, que también significa laúd. En español, el término es laudero o violero, que surgen de laúd y vihuela, respectivamente, pero se usan poco, sólo en México y en ciertos lugares de España”.

La historia del violín

Se piensa que este instrumento nació en Italia (Cremona, Lombardía). Y el primer luthier de quien se conocen violines es Andrea Amati (hablamos de mediados del siglo XVI). “A través de sus hijos y un nieto, la tradición se expandió, llegando a su punto culminante con Antonio Stradivari y Giuseppe Guarneri, llamado del Gesú. Todos estos cremoneses, que aprendieron el arte de los Amati y lo llevaron a los más altos estándares, a su vez fueron conocidos en otros sitios de Europa y a través de los músicos italianos en distintas cortes europeas que llevaban sus instrumentos”, explica Saraví.

La fundación del Cuarteto Petrus

Fue en 2009 que Pablo tomó la decisión de dejar la Camerata Bariloche y formar el Cuarteto Petrus. “El nombre del grupo es en homenaje a Pietro Guarneri, un célebre luthier italiano de la segunda mitad del siglo XVII. En el momento de formar el cuarteto, yo tocaba con un violín de este autor, que firmaba en latín en sus etiquetas: ‘Petrus Guarnerius’. De allí, el nombre Petrus”. Actualmente, además de Pablo, integran el cuarteto Hernán Briático (violín 2), Denis Golovin (viola) y Cecilia Slamig (violoncello). Esta última artista es italiana, de la ciudad de Cuneo (Piemonte).

Pablo Saraví y su vínculo con Italia

Pablo es descendiente directo de italianos por parte de su madre (de apellidos Bertozzi Solari). Sus ancestros eran de la zona de Toscana. Recuerda que, en la casa de sus padres en Mendoza, había un viejo libro (escrito en italiano) sobre las hazañas aéreas de Umberto Nobile en el Polo Norte. Saraví pasó semanas con un diccionario italiano-español tratando de comprender el texto. “En mi mundo musical ‘clásico’, las indicaciones de fraseo, dinámicas y velocidades en todas mis partituras estaban en italiano, cosa que me ayudó a familiarizarme bastante con ese idioma. También, el escuchar óperas de Verdi, Rossini, Puccini, Bellini, Donizetti y otros maestros italianos amplió bastante mi comprensión de esa lengua”. Pablo se confiesa un enamorado de Italia. “Me fascina su historia, cultura, paisajes, gastronomía y personalidad. Si no viviera en la Argentina, Italia sería el único país donde viviría sin dudar”.

“Creo que en este momento conozco mejor la historia de Italia que de la Argentina”

“Es fácil comprender que, si llega a mis manos un violín hecho en Nápoles en 1755, yo disfrute al saber quién gobernaba ese reino en ese momento, qué artistas estaban en boga, qué se escribía y editaba, etc. Además de ser un instrumento musical, es un pedazo de historia que llega a mis manos. Es algo sabido que el estudiar una lengua en serio implica involucrarse en conocer la cultura e historia del país donde se habla. Aunque lo que más me ayudó a entender y hablar el italiano fue viajar frecuentemente a ese país. He estado en Italia unas 25 veces; y varias de ellas, por períodos de semanas. Desde el extremo norte hasta Trapani (Sicilia). Conozco colegas de ese país con los que he trabajado y viajado y he logrado comunicarme muy bien, e incluso escribir en italiano”.

Pablo Saraví y una anécdota que emociona

En 2008, Pablo fue a tocar un recital a Hanoi, Vietnam. Lo acompañó la pianista Inés Sabatini. “Antes de viajar, me ocupé de conseguir música de aquel país, como para tocar como bis si hacía falta. Era como un gesto de respeto y acercamiento. Me llegaron varias obras, pero no podía leer sus títulos porque estaban en vietnamita. Finalmente, y de acuerdo con la pianista, elegimos una de ellas, que tenía una melodía muy hermosa, algo melancólica pero atractiva. Cuando acabó nuestro recital en el Teatro de Hanoi, y ante los efusivos aplausos del público, tocamos esa melodía vietnamita. Cuando terminamos, había un silencio sepulcral en la sala, que duró unos 15 segundos. Y de pronto, la gente aplaudió como poseída, algo muy extraño”.

Pablo Saraví - Violin

Fue en el camarín, cuando se acercó gente del público a saludarlos, que Pablo comprendió la razón de esa reacción. “Una mujer bastante anciana me lo dijo así: ‘Quiero darles las gracias por la hermosa música que ustedes trajeron a mi país. Pero quiero darles un especial agradecimiento por la melodía vietnamita que tocaron como bis. Esa antigua melodía es la que cantaban los prisioneros durante la guerra para recordar a sus seres queridos. Aquí es como un himno nacional de la esperanza y nos llena el alma. Muchas gracias desde el corazón’”.

El rol de la música en la vida de Pablo Saraví

“La música llegó a mi vida desde que yo era un niño, y jamás me abandonó. Ni yo a ella. Ya cumplí el año pasado 50 años con mi violín. Es una verdadera vocación y tuve claro eso desde el inicio. Gracias a la música, he conocido más de 30 países de tres continentes, y muchas culturas y personas. También, gracias a la música, he podido tener un medio de expresión maravilloso y he conocido muchísimas obras de compositores desde el Renacimiento hasta nuestros días. He tenido el privilegio de compartir escenarios en conciertos con artistas como Yehudi Menuhin, Alberto Lysy, Itzhak Perlman, Pinchas Zukerman, András Schiff, Martha Argerich, Daniel Barenboim, Nikita Magaloff, Bruno Gelber, Astor Piazzolla y muchos otros. Por todo esto, es fácil deducir que la música ocupa un rol esencial en mi vida; luego, claro, de mi familia”.

Autor imagen de portada: Pablo Alejandro Saraví.

Pablo Saraví: un enamorado de la música y de Italia ultima modifica: 2022-02-22T08:01:00-03:00 da Julieta B. Mollo

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