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CONICET: 63 años promoviendo la ciencia y tecnología

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El pasado 5 de febrero el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) cumplió 63 años de vida. Es una institución fundamental y una de las más valiosas de Argentina. Pero ¿qué significa ser investigador? ¿Por qué es importante este tipo de organismos para un país? Para responder estas cuestiones, los invitamos a conocer el CONICET desde dentro, de la mano de tres de sus investigadoras: María Lucía Puppo, María Soledad Balsas y Fernanda Elisa Bravo Herrera. Ellas nos cuentan sobre sus investigaciones actuales y sus experiencias dentro del campo de las Ciencias Sociales y Humanidades. ¡Acompañanos en esta interesante entrevista!

¿Qué es el CONICET?

Bajo la sigla de CONICET es conocido el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas. Es una institución pública y el principal organismo dedicado a la promoción de la ciencia y la tecnología en la Argentina. Asimismo, actualmente es un ente autárquico que se encuentra dentro del ámbito del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación. Es fundamental conocer su trayectoria desde su fundación, el 5 de febrero de 1958. Su primer presidente fue el Dr. Bernardo A. Houssay, Premio Nobel de Medicina. El CONICET se encuentra entre las primeras instituciones dedicadas a la ciencia, a la técnica, a la innovación y al impacto tecnológico. 

Lucía, Soledad y Fernanda: una breve presentación

Por un lado, María Soledad Balsas es licenciada y profesora en Ciencias de la Comunicación y Doctora en Ciencias Sociales (UBA). También hizo una maestría sobre los inmigrantes y refugiados en la Università degli Studi di Roma La Sapienza (Italia). En la actualidad, es investigadora de carrera del CONICET. Por otro lado, Fernanda Bravo Herrera es Licenciada en Letras, egresada de la Universidad Nacional de Salta. Luego de recibirse, obtuvo diferentes becas para continuar sus proyectos y estudios. Como es el caso de la Beca Giovani Toscani all’Estero concedida por la Regione Toscana a los descendientes de toscanos en el exterior. Esto le permitió seguir un curso de lengua y cultura italiana en la Università per Stranieri di Siena y, además, conocer la tierra de sus abuelos maternos.

CONICET - Fernanda Bravo Herrera
Fernanda Bravo Herrera es Licenciada en Letras, egresada de la Universidad Nacional de Salta. Autora: Fernanda Bravo Herrera

Asimismo, Fernanda es Magíster en Conservación y Gestión de Bienes Culturales y en Literatura Comparada por la Universidad de Siena. También es Doctora en Literatura Comparada y Traducción de Textos Literarios. Actualmente, es Investigadora Adjunta del CONICET. Por último, llegamos a María Lucía Puppo quien es Licenciada y Doctora en Letras por la Universidad Católica Argentina (UCA). En dicha Universidad se desempeña como Profesora Titular y, desde noviembre de 2018, como  Directora del Departamento de Letras de la Facultad de Filosofìa y Letras. En la actualidad, es investigadora independiente en el CONICET.

¿Por qué creen que instituciones como el CONICET son importantes para un país?

En primer lugar, Soledad explica “el CONICET es fundamental para poner a disposición de la sociedad una masa crítica de conocimientos útiles a la solución de problemas, el fomento de la innovación, el desarrollo tecnológico, con visión federal”. Y añade “en lo específico, provee información y asesoramiento a actores públicos y privados y contribuye a formar personal. También financia proyectos en diversa envergadura con el pluralismo, la ética, la excelencia y la responsabilidad social y ambiental como faros”. Por su parte, Fernanda señala que “la investigación científica es el motor de impulso y de progreso de la Humanidad. Es este el principio que valoriza todas las instituciones que, como el CONICET, promueven el trabajo científico”. De este modo, es importante “la valorización del conocimiento y del saber, ya que permite la promoción del Estado a nivel internacional y contribuye al enriquecimiento de la sociedad en todos los niveles”.

El valor fundamental de las Ciencias Sociales y Humanidades

Por otro lado, Lucía defiende el status irremplazable de las Ciencias Sociales y Humanísticas. “A veces pareciera que no caben dudas acerca de la importancia de los investigadores de las llamadas ‘ciencias duras’: ciencias naturales, biología o salud. Hoy, por ejemplo, sabemos de las investigaciones sobres las drogas o medicamentos que ayudan en la recuperación del COVID-19. En este caso, los medios de comunicación acompañan los resultados de esos estudios. En cambio, los investigadores de Sociales y Humanidades tenemos otra misión que, a veces, es más difícil de vislumbrar. También lidiamos con problemas, con un diagnóstico del presente y con pensar nuestra sociedad. Pero obviamente son problemas no tan palpables o evidentes a simple vista. Tienen que ver con aspectos del ser humano y la sociedad” explica Lucía. 

Video institucional

“Por ejemplo, nos ocupamos de la discriminación, las desigualdades de género, la violencia, el acceso desigual a la educación, los estereotipos, entre otros temas. Esos factores hablan de nuestra sociedad y son fundamentales para saber quiénes somos, cómo nos relacionamos y cómo podemos atender a cuestiones económicas, políticas y culturales. Quiero resaltar que, en nuestro ámbito, también partimos de pensar problemas a partir de un diagnóstico del presente. Por ende, nuestras soluciones, por supuesto, van a venir del campo del pensamiento”. Los problemas abordados por estas ciencia son complejos. Ergo, la trans e interdisciplinariedad se vuelven fundamentales. En pocas palabras, tal como señala Lucía “los caminos para solucionar dichas cuestiones tienen que venir de muchas disciplinas. Esa complejidad es un aporte fundamental de nuestras áreas”. 

¿Por qué decidieron dedicarse a la investigación?

Soledad, Fernanda y Lucía coinciden en sus respuestas. La curiosidad, la voluntad, la pasión por el estudio y el deseo por aprender fueron las grandes motivaciones en sus vidas. Fernanda busca la respuesta en los momentos de su niñez. “Siempre tuve pasión por el estudio, voluntad para seguir aprendiendo, para profundizar y para continuar preguntando. Creo que es esta la clave que hace que encontremos pasión en la investigación: la curiosidad de aprender para re-pensar el conocimiento y plantear una nueva perspectiva”. Asimismo, Fernanda resalta la importancia de la relación entre la investigación y la docencia. “La investigación necesita dialogar y establecer lazos con la divulgación, con el intercambio, con la docencia para enriquecerse y para continuar creciendo. Así, sin investigación no es posible la didáctica y sin didáctica la investigación se limita”.

María Soledad Balsas: un testimonio vivo de la perseverancia

Soledad reconoce que nunca tuvo la expectativa de ser investigadora porque no sabía que existía esa posibilidad. “Digamos que me encontré, sin planearlo, en el lugar justo en el momento indicado. Esto no quiere decir que haya sido fácil. Después de conseguir una maestría en Italia, volví a la Argentina sin demasiada idea sobre cómo seguir. Me inserté como ayudante ad honorem en una cátedra en la Facultad de Ciencias Sociales (UBA). Ahí me enteré sobre una convocatoria del CONICET. Tenía muchas inquietudes. Me gustaba la idea de seguir estudiando e investigar.  La primera vez que me presenté no se dio. La segunda vez, tampoco conseguí la beca. Pero fui aprendiendo y la tercera fue la vencida”.

CONICET - Soledad Balsas
María Soledad Balsas es licenciada y profesora en Ciencias de la Comunicación y Doctora en Ciencias Sociales (UBA). Autor: Facebook María Soledad Balsas.

La experiencia de Lucía, entre las Letras y la investigación

Lucía reconoce que antes de dedicarse a la investigación, se enamoró de su carrera: Letras. Al hablar de ella, recuerda su infancia. “Me acuerdo que, a los 8 años, ya leía con pasión Mujercitas y todos los libros de Louisa May Alcott. Es decir, me fascinaba el fenómeno de la lectura. Era una posibilidad de viajar a otros mundos y que, al mismo tiempo, expresaba sentimientos, sensaciones, observaciones del mundo que – como lectora niña- yo ya iba percibiendo. La ficción posee un doble movimiento: alejarnos al mundo de la imaginación y permitirnos pensar nuestro propio lugar en este mundo que nos toca vivir. Ya desde adolescente sabía que quería estudiar dicha carrera. Me fascinó y fue confirmando mi voluntad de querer trabajar como crítica literaria y docente”.

CONICET - Lucia Puppo
María Lucía Puppo es Licenciada y Profesora en Letras. Autor: Facebook María Lucía Puppo.

Por otro lado, al pensar qué la impulsó a ser investigadora, Lucía reflexiona: “como tantas cosas en la vida, no hay un solo momento puntual. En muchas ocasiones, no elegimos que nos sucedan tales o cuales eventos. No es una decisión necesariamente consciente, sucede por la participación y generosidad de otras personas. Mi directora de tesis de la Licenciatura, la Dra. Sofía Carrizo Rueda, me propuso – al ver que tenía inclinación y dotes para la investigación – presentarme a una beca doctoral. Así que fui aprendiendo qué era el CONICET y conociendo estas otras posibilidades. Ahí se ve cómo coinciden la inclinación personal y el contexto, los agentes del campo cultural: estos investigadores que nos iluminan el camino”.

¿Sobre qué tratan sus investigaciones actuales dentro del CONICET?

“Mi investigación está relacionada con la poesía latinoamericana y la teoría literaria”, comienza Lucía. “Es decir, de qué modo pensamos, definimos, problematizamos qué es la literatura. En mi caso, analizo la poesía desde el siglo XIX hasta el presente. Estudio cómo, a través de la escritura poética, se problematiza y tematiza el tema de la mirada. La fotografía, el cine e internet tienen su impacto en la forma en que vivimos, pensamos y habitamos. Y también, repercute sobre el modo de escribir poesía porque no es ajena al auge de esta cultura de la imagen”. La investigación de Lucía está marcada por dos coordenadas: el corte de género y la espacial. “Me interesa la poesía escrita por mujeres latinoamericanas porque hay una tradición propia, hay genealogías y continuidades. Esto permite la observación de redes, de circulación y de saberes que durante mucho tiempo estuvieron marginados”.

La inmigración italiana está en el foco de la investigación

“Estudio, desde el comparatismo, la inmigración/emigración italiana en Argentina, en la literatura de ambos países y en producciones no literarias o para-literarias” explica Fernanda. Y aclara “en textos olvidados, marginados, sumergidos que tratan esta temática o que se vinculan con los desplazamientos de Italia a Argentina entre los siglos XIX y XX”. Soledad también se focaliza en la inmigración italiana pero desde otra perspectiva. Actualmente, está investigando sobre las mafias italianas en nuestro país. “En particular, me interesan los discursos que la prensa, tanto en Italia como en la Argentina, ha venido elaborando sobre la presencia mafiosa vehiculizada en gran medida por las redes migratorias. También me ocupé de la trayectoria migratoria de algunos mafiosos en el país para contribuir a desterrar la errónea idea, muy difundida por cierto, sobre la inexistencia de las mafias en la Argentina”. 

Finalmente, ¿qué les aconsejarían a los jóvenes que quieren ingresar al CONICET?

“Que sigan su intuición, estudien mucho… y perseveren. De eso se trata para mí la ciencia”, responde rápidamente Soledad. Por su lado, Lucía aclara que en la carrera de investigador “no todo es ‘color de rosa’ y debemos ser conscientes de ello. La vida académica es muy competitiva ya que para cada puesto hay pocos cupos. Asimismo, es importante comprender que el sistema de financiamiento es muy precario teniendo en cuenta que depende del Estado Argentino. Los sueldos no son altos. Eso hace que se haga difícil vivir exclusivamente con el sueldo de CONICET”. Por lo tanto, los jóvenes que quieran dedicarse a la investigación deben conocer este lado B.

“No se abandonen al desaliento”

De todos modos, Lucía rescata que “es una profesión que exige mucha perseverancia, paciencia y mucho amor a lo que uno hace. Es una tarea apasionante para quienes hemos sentido este llamado, esta vocación. Es un trabajo siempre creativo porque fijamos nuestros propios objetivos. Todo permite aprender cosas nuevas, probar nuevas metodologías, ampliando nuestro campo y nuestro corpus de estudio”. Por último, Fernanda aconseja que “no se abandonen al desaliento, si hay dificultades o si el camino parece más ríspido. Les diría que crean en su pasión, en su sed por el conocimiento, en el amor por el trabajo, aun cuando parezca difícil. Y, como me dijo una profesora mía de la universidad en Salta: duro al pensar, pero no al pensar duro”. 

Autor de imagen de portada: Facebook CONICET dialoga

CONICET: 63 años promoviendo la ciencia y tecnología ultima modifica: 2021-03-09T08:00:00-03:00 da Marina Artese Grillo

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Julieta B. Mollo

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